La diarrea es una de las enfermedades más frecuentes en los bebés: consiste en un aumento de la frecuencia de las deposiciones y/o la disminución de su consistencia. Puede ser muy desagradable para el bebé y para sus padres, es por esto que aquí tendrás información para prevenirla, tratarla y saber cuándo preocuparse.
Aunque las heces de un recién nacido pueden “parecer diarrea”, hay que saber diferenciar una deposición saludable y otra inadecuada.
La diarrea del bebé
El aspecto normal de las heces de un bebé lactante materno sano son de color amarillo claro, sueltas o aguadas, y suelen evacuar cada vez que son amamantado. Para los bebés alimentados con fórmula, sus heces normales suelen ser de color amarillo no tan claro y de una consistencia similar a la mantequilla de maní.
Cuando un virus o bacteria afecta a la salud de un bebé, éste puede presentar diarrea. Algunas de las características para identificar que el bebé tiene diarrea son:
- Las heces pueden ser un poco más blandas de la normal o llegar a ser muy aguadas.
- Puede venir acompañada de náuseas, vómitos, fiebre, dolor abdominal y/o disminución del apetito.
- Puede producirse hasta 12 veces al día.
La diarrea no debería durar más de una semana y suele desaparecer por sí sola. Es importante mantener una higiene correcta al tratar y mudar al bebé, pues al ser microbiana, la diarrea puede ser contagiosa.
Algunas de las razones comunes por la que los bebés sufren de diarrea son:
- Infección vírica (la causa más recurrente).
- Cambio en la dieta del bebé o en la dieta de la madre si está amamantando.
- Uso de antibióticos por parte de bebé o madre, si está amamantando.
- Infección bacteriana o parasitaria.
- Fibrosis quística.
- Intolerancia o alergia alimentaria.
Consecuencias
La diarrea en el bebé debe monitorearse y tratarse adecuadamente, pues puede tener efecto y complicaciones indeseadas.
El principal efecto de la diarrea es la deshidratación, la cual significa que el bebé no tiene suficiente líquido pues los está evacuando constantemente. Los niños pequeños menores a 3 años pueden deshidratarse fácilmente, por lo que debes vigilar los síntomas de deshidratación y ofrecerle agua de manera frecuente.
Algunos signos de deshidratación son los siguientes:
- Ojos secos.
- Menor frecuencia de orinar que lo habitual (no moja el pañal durante 6 horas).
- Menos activo, más cansado.
- Irritable.
- Boca reseca.
- Piel seca.
Si el bebé tiene menos de 3 meses de edad y tiene fiebre y diarrea, debes acudir al pediatra inmediatamente. Si es mayor de 3 meses, observa la frecuencia en la que orina y toma su temperatura. Si presenta alguno de los signos de deshidratación mencionados, acude al pediatra.
Otra consecuencia de la diarrea puede ser que sufra dermatitis del pañal debido a las deposiciones ácidas, contaminación e irritación de la zona del pañal. Para prevenir la famosa “pañalitis” debes cambiar el pañal del bebé con frecuencia, limpiar la zona con agua tibia y usar crema protectora especial.
La diarrea debería desaparecer por sí sola en máximo una semana. Sin embargo, hay algunas señales que indican que el bebé no está mejorando. Estas pueden ser:
- Fiebre y diarrea intensa por más de 3 días.
- Más de 8 deposiciones en 8 horas.
- Vómito constante por más de 24 horas.
- Diarrea que contiene sangre o pus.
Si crees que tu bebé tiene alguno de estos síntomas, acude al médico inmediatamente.
Qué hacer
Aunque la diarrea debería desaparecer sola en unos días, por mientras puedes seguir algunas recomendaciones para tratar al bebé:
- Si el bebé presenta diarrea, se recomienda mantener la dieta habitual, ya sea exclusiva de leche materna/fórmula o con alimentos sólidos complementarios, a no ser que el médico indique lo contrario. No es momento para introducir alimentos nuevos ni se debe cambiar las medidas de la leche en fórmula.
- En las diarreas leves se puede ofrecer agua después de las tomas. En las diarreas más agudas conviene dar una solución de rehidratación oral. Esto ayudará a mantenerlo hidratado.
- Aunque vomite y tenga diarrea frecuentemente, hay que seguir dándole de comer y de beber. Ofrécele tomas cortas y frecuentes.
- Lavarse bien las manos después de cambiar el pañal. No llevar al niño enfermo a la guardería ni que tenga contacto con otros niños, para evitar contagiar.
- Usar agua hervida o embotellada.
- Si la diarrea persiste más de 5 días, consulta con el médico.
- Evita los medicamentos que usaría un adulto en caso de diarrea, a no ser que un médico lo indique.
Para prevenir la gastroenteritis infecciosa en los lactantes, la lactancia materna es la mejor protección para el bebé ya que le da las defensas que requiere para combatir virus y bacterias de la mejor manera.
También se recomienda mantener medidas de higiene adecuadas constantemente y tener las vacunas al día (especialmente la de rotavirus, el cual causa diarrea en el bebé).