Se sabe que cuando una mujer está embarazada su cuerpo vive una intensa revolución hormonal. Aunque puede ser molesto para algunas, las hormonas gestacionales tienen funciones importantes que ayudarán a tu cuerpo a prepararse para el parto. ¡Conócelas!
El cuerpo es casi mágico: al quedar embarazada, numerosas sustancias hormonales intervienen para cumplir una función y preparar el cuerpo de la mujer para gestar al bebé, darlo a luz y luego alimentarlo.
¿Qué son las hormonas?
Las responsables de todos los cambios físicos y psíquicos de la mujer embarazada son las hormonas: sustancias químicas producidas por las glándulas del cuerpo, que circulan por la sangre y controlan las funciones de otros órganos.
Las hormonas gestacionales intervienen en el embarazo y lo hacen hasta la lactancia. Algunas de estas se fabrican durante el embarazo, y otras ya eran parte del cuerpo de la mujer pero se modifican durante la gestación.
Lo anterior quiere decir que hay hormonas que surgen cuando ocurre la concepción, y otras que empiezan a trabajar desde el primer periodo menstrual de una mujer. En el primer día del ciclo hormonal, el cuerpo de la mujer se prepara en caso de que surja un embarazo.
Además de fabricarse nuevas hormonas, la cantidad de hormonas va cambiando minuto a minuto. Hay algunas funciones de las hormonas gestacionales que aún se desconocen.
Cuáles son y qué hacen
Como mencionamos, las hormonas regulan los cambios que ocurren durante la etapa de gestación para que el bebé nazca y se desarrolle en el útero correctamente.
Incluso más que eso: algunas hormonas trabajan antes de que se produzca el embarazo, y son responsables de la fecundación.
Algunas hormonas importantes que actúan durante el embarazo, responsables de cambios como el crecimiento del útero o el aumento de los pechos y que juegan un papel fundamental en el mantenimiento del embarazo, son:
- Progesterona: cuando se une el óvulo y espermatozoide se produce un aumento de la progesterona, que prepara el endometrio para la implantación del embrión. Después de la fecundación, empieza a subir desde la semana 10 hasta el final del embarazo. También relaja el útero para que se produzcan las contracciones.
- Gonadotropina coriónica humana (HCG): se produce durante el embarazo por la placenta. Aumenta drásticamente durante las primeras semanas, y luego de la 7-8 decrece hasta permanecer en niveles disminuidos. Suprime la menstruación y puede tener efectos como los vómitos y las náuseas. Está presente en la orina y la sangre de la madre, por lo que se utiliza para detectar el embarazo.
- Estrógenos: gracias a estas hormonas, la capa interna del útero o endometrio crece. A medida que avanza el embarazo, va aumentando su cantidad hasta el parto. Es la principal responsable de los cambios físicos de las glándulas mamarias, encargadas de la producción de leche. Además, es la hormona que mantiene un buen intercambio entre la circulación del feto y la madre, y es responsable de estimular el crecimiento del útero. Puede producir cambios en la piel y cabello.
- Hormona Folículo Estimulante (FSH): desde la primera parte del ciclo hormonal de una mujer, el óvulo crece gracias al efecto de la FSH en los ovarios.
- Hormona Luteinizante (LH): cuando el óvulo se encuentra dentro del folículo ovárico y está crecido, interviene la LH y provoca la ovulación (se rompe el folículo y el óvulo es captado por las trompas de Falopio) y se produce la unión con el espermatozoide (fecundación).
- Lactógeno placentario (HPL): se fabrica a partir de la semana 10 de gestación por la placenta recién formada. Regula y estimula el crecimiento fetal y permite la evolución de la gestación. Además, junto al estrógeno preparan las glándulas mamarias para la lactancia.
- Oxitocina: pone en marcha las contracciones del útero que dan inicio al parto. Se le llama la “hormona del amor”, porque se supone que es encargada de despertar la ternura y cariño que necesita el bebé.
- Prolactina: se origina en la placenta y prepara los pechos para la lactancia.
El surgimiento y modificación de algunas hormonas, y los cambios en sus cantidades pueden conllevar síntomas desagradables. Cambios emocionales y vómitos incontrolables son algunas de sus consecuencias, pero no las odies: las hormonas son las encargadas de preparar a tu cuerpo para la llegada de tu bebé.
Algunas consecuencias de los cambios hormonales durante el embarazo pueden ser:
- Cambios en la tiroides: durante el embarazo se modifica la función de las glándulas de tu organismo, como la tiroide. Este cambio de actividad puede provocar un aumento de la frecuencia cardíaca, palpitaciones o sudoración excesiva.
- Resistencia a la insulina: las hormonas placentarias pueden hacer que el cuerpo de la mujer desarrolle resistencia a la insulina y adquiera niveles elevados de azúcar en la sangre. Esto puede provocar diabetes gestacional.
Tras el parto, los niveles de hormonas vuelven a la normalidad y los síntomas desaparecen.