La placenta previa ocurre cuando durante un embarazo la placenta se implanta muy cerca del cuello uterino, lo que podría implicar la necesidad de una cesárea. ¿Quieres saber más?
Si existe placenta previa durante un embarazo, se debe diagnosticar a tiempo y controlar para evitar complicaciones y riesgo de la salud del bebé y de la madre.
De qué se trata
La placenta es una estructura que se forma durante un embarazo dentro del útero de la madre, y proporciona oxígeno y nutrición al bebé, a la vez que elimina sus desechos. Está conectada con el bebé mediante el cordón umbilical.
En la mayoría de los embarazos, la placenta se adhiere a la parte superior o lateral del útero. Cuando se le llama “previa”, se implanta sobre o cerca del orificio cervical interno, obstruyendo de manera total o parcial el cuello uterino.
Si se descubre placenta previa durante la primera parte del embarazo, se resuelve por sí sola cerca de las 28 semanas a medida que el útero se agranda.
La placenta previa puede provocar sangrado durante el embarazo y el parto. Suele ser un sangrado abundante, indoloro y de color rojo brillante. Esto ocurre durante la segunda mitad del embarazo (después de las 20 semanas de gestación). Algunas mujeres también experimentan contracciones uterinas junto con el sangrado.
Si presentas sangrado vaginal durante el segundo o tercer trimestre de embarazo, acude al médico.
Causas y factores de riesgo
La placenta previa es frecuente en:
- Mujeres que ya tuvieron un bebé.
- Tienen cicatriz en el útero, por cirugía previa, cesárea, entre otros.
- Ya tuvieron placenta previa en otro embarazo.
- Embarazo múltiple.
- Mayores de 35 años.
- Fumadoras y drogadictas.
- Anomalías uterinas que inhiben la implantación normal.
Tratamiento y posibles complicaciones
Es posible que el profesional de salud que te diagnosticó placenta previa te recomiende evitar actividades que puedan provocar contracciones como correr, saltar, tener relaciones sexuales, usar tampones, etc.
Tendrás que monitorear el embarazo regularmente y seguir las recomendaciones que te entregue tu médico. Es posible que te soliciten hacer reposo.
Si la placenta previa se descubre entre las 36 y 37 semanas, es posible que se tenga que realizar una cesárea. El parto vaginal podría ser posible en mujeres con placenta baja.
Si no se cuida, durante el trabajo de parto o luego del nacimiento del bebé, puede presentarse sangrado intenso. Además, si se presenta sangrado intenso durante el embarazo, puede provocar un parto prematuro.