Desde hace ya algunos años ha ido haciéndose más popular la tendencia de conservar la placenta después del parto. En Chile recién el 2017 el Ministerio de Salud decidió pronunciarse al respecto e hizo una modificación legal para que esta no fuera considerada un desecho biológico y establecer las condiciones para la preservación de este órgano. Pero, ¿qué es exactamente lo que se puede hacer con la placenta?
Antes de seguir, ¿qué es exactamente la placenta?
Es un órgano que se desarrolla en el útero durante el embarazo y que rodea al feto. Permite el intercambio de sangre, oxígeno, nutrientes, y de los residuos con la madre. Luego del parto, es expulsado del útero. Pero considerando que es un órgano y que luego del parto ya no sirve como refugio del bebé, ¿qué se puede hacer con ella?
Encapsulación de la placenta
Durante la última década se ha masificado el conocimiento de los beneficios para la madre que tiene consumir la placenta. Algunos de ellos son que entrega nutrientes y energía, ayuda con la depresión post parto, mejora la producción de leche y ayuda a que el útero vuelva a su estado normal más rápido. Ninguno de estos beneficios está probado científicamente, pero muchas madres aseguran haberlos sentido.
La forma más común de consumir la placenta es encapsularla, literalmente como si fueran pastillas, e ir tomándola de a poco. Esta práctica se remonta a una tradición China y ha ido tomando popularidad en el resto del mundo. De 1 placenta salen aproximadamente 120 pastillas.
Si estás pensando en hacer esto, es importante que sepas que no hay estudios científicos que avalen los efectos positivos de esta práctica. Los testimonios y efectos vienen mayoritariamente de madres que lo han hecho.
Tintura madre
¿Conoces las Flores de Bach? Con la placenta se puede hacer algo parecido. Se extraen los componentes activos para hacer un remedio homeopático que tiene una duración de 50 años y puede ser usado por el bebé (para algún malestar o enfermedad) o por la madre (especialmente en el post parto y menopausia).
Si bien en este caso tampoco hay estudios científicos que aseguren sus beneficios, tampoco hay contraindicaciones.
Otros usos menos frecuentes
Los dos ejemplos mencionados anteriormente son los más comunes y utilizados por las mujeres hoy en día, pero aquí te contamos también otros usos posibles de la placenta.
- Hay quienes crean literalmente un “timbre” de su placenta y lo dejan como una obra de arte que se puede estampar
- “Pegarle un mordisco” a la placenta luego del parto también es una opción.
- Así como se genera la tinta madre a partir de la placenta, también se puede hacer un batido y tomárselo. Incluso así se puede compartir con otros integrantes de la familia o amigos.
- Se utiliza también como materia prima para productos de belleza como cremas y shampoo.
Al final del día la decisión de qué hacer con tu placenta y cómo depende 100% de cada madre y de lo que te haga más sentido. Lo que sí te recomendamos es preguntar con especialistas cuál es la mejor opción para cada caso particular, ya que cada cuerpo es distinto.