Los pujos maternos son indispensables para que el bebé pueda descender por la pelvis materna y salir al exterior. Una de las dudas de las embarazadas es, ¿podré pujar correctamente? El primer paso para prepararse es saber de qué se tratan los pujos y qué podrías esperar sentir durante el parto.
Los pujos son esfuerzos que realiza la madre durante la fase expulsiva del parto para ayudar al bebé a descender por el canal de parto. La embarazada empuja con su musculatura abdominal y pélvica, realizando fuerza hacia afuera.
En general, la madre estará siempre acompañada y dirigida por el equipo médico que la guiará durante el trabajo de parto. Sin embargo, algunas de tus preocupaciones e inquietudes pueden resolverse informándote acerca de los pujos en el parto y aprendiendo sobre ellos.
Qué son los pujos
En la primera fase del parto, la de dilatación, el cuello del útero se habrá dilatado hasta cerca de los 10 cm. La madre ya habrá sentido contracciones, cada vez más intensas y frecuentes. Los pujos se producen en la segunda fase del parto: la expulsiva.
Durante esta segunda fase, los pujos se unen y son guiados por las contracciones, y ambas se esfuerzan en dar a luz al bebé.
Los pujos son esa fuerza que realiza la madre para empujar al bebé a través del canal de parto. Casi siempre es un acto reflejo, especialmente cuando el parto se lleva a cabo sin epidural: la embarazada se mueve libremente, adoptando la postura que le pide el cuerpo, y así los pujos se realizan de forma correcta y natural.
En algunas ocasiones en las que se utiliza anestesia epidural, la mujer no siente la necesidad de empujar, por lo tanto no sabe cómo hacer la fuerza ni hacia dónde. En estos casos, los asistentes del parto cumplen un gran rol de guiar a la mujer.
Hay dos tipos de pujos:
- Pujos espontáneos
La madre siente la necesidad de empujar en el momento y manera correcta. Realiza los esfuerzos sin indicación médica, de forma natural. Empujará de la forma que ella siente necesaria, según lo que vaya sintiendo y, en el mismo sentido, se detendrá cuando lo sienta conveniente.
Al realizarse de forma natural en coordinación con las contracciones y autodirigido por la madre, suelen ser más efectivos, beneficiando al suelo pélvico. Esto, ya que la madre sabe con cuánta fuerza pujar y cuando detenerse, pues siente al bebé siendo expulsado por lo que puede cuidar su perineo, pujando con fuerza suficiente (no excesiva).
- Pujos dirigidos
La madre empuja siguiendo las indicaciones del personal médico, quienes están monitorizando las contracciones para poder dirigir los pujos en el momento correcto. Es un método que suele usarse cuando se utiliza anestesia epidural, aunque no en todos los casos, ya que hay veces en que la dosis de la anestesia permite que la madre sienta las contracciones, mientras que en otras no.
El objetivo de ambos pujos es el mismo. Sin embargo, hay evidencia científica que indica que los pujos dirigidos pueden alterar la fisiología del parto y aumentar la probabilidad de intervenciones como la episiotomía.
Por otro lado, los pujos dirigidos son beneficiosos y necesarios cuando se administra la anestesia epidural. Además, pueden reducir la duración del parto en unos minutos.
Pujar “correctamente”
Asistir a clases de parto o estar bien familiarizada con el proceso de parto puede ayudar a la madre a sentirse más tranquila durante el nacimiento del bebé. Resuelve todas tus dudas e inquietudes con anticipación para que no entres en pánico en la sala de parto.
El pujo es un reflejo provocado cuando la cabeza del bebé se apoya en la zona perineal de la madre. Generalmente, las ganas de empujar aparecen con la contracción, y ayudan a la madre a ejercer fuerza con el abdomen.
Aquí algunas tips para pujar de manera eficaz:
- Coincidir las contracciones con los pujos es la clave del éxito.
- Hay veces en que las contracciones durante la fase de dilatación producen el deseo de pujar. Sin embargo, aún es muy pronto, por lo que quizás debas esperar a que el personal médico que asiste en el parto indique cuándo es el momento.
- Aunque parezca obvio, la dirección del pujo debe ser hacia la vagina, no hacia el ano.
- Lo ideal sería realizar tres pujos en cada contracción, seguido de un periodo de descanso entre contracciones.
- Se debe ejercer fuerza contrayendo la pared del abdomen y empujando hacia abajo.
- La mamá tendrá más fuerza si controla su respiración durante los pujos, ya sea inhalando, exhalando o en apnea.
- Antes del parto, se pueden entrenar los músculos abdominales y del piso pélvico con ejercicios dirigidos por un profesional.
Existen dos modos diferentes de pujar:
- En exhalación: se realiza una inspiración y luego se va soltando el aire lentamente, dirigiendo la fuerza hacia la vagina.
- En apnea: se realiza una inspiración y luego se mantiene el aire dentro de los pulmones, sin soltarlo, y se realiza el pujo.
Consulta con tu médico antes del parto sobre su método en cuanto a los pujos. Aclara todas tus dudas y señala tus preferencias. Si es necesario, acude a una clase de parto para que aprendas a pujar, controlar tu respiración y métodos de relajación.