En este artículo les contamos por qué es necesario e importante que presten atención a sus hijos/as si se comen las uñas. No es simplemente un mal hábito, sino que puede derivar en infecciones y paroniquia. A continuación les contamos más.
¿Qué es la onicofagia?
- Es el hábito repetitivo de morderse las uñas.
- Es muy frecuente, especialmente en niños, niñas y adolescentes.
- Este hábito inicia en mayores de 3 años y disminuye luego de la pubertad.
- Se presenta en momentos en que el niño/a se siente aburrido o estresado.
- Puede ser un hábito temporal en niños/as sanos o relacionarse con ansiedad, TOC o déficit atencional.
Es más que uñas feas:
- Destrucción de láminas de la uña.
- Daño de la piel alrededor de la uña.
- Crecimiento enlentecido y acortamiento progresivo de la uña.
Complicaciones graves:
- Infección de la piel alrededor de la uña (paroniquia).
- Desgaste de los dientes, alteraciones de la mandíbula.
- Infecciones dentro de la boca como caries o de encías.
- Transmisión de infecciones de otra parte del cuerpo hacia la boca.
Tratamiento:
- Si bien la onicofagia es difícil de controlar, cuando el hábito está recién empezando es más fácil detenerlo, explicándoles la importancia del cuidado de las uñas.
- Busquen causas de estrés y actividades que ayuden a liberar energía, como realizar actividad física y manualidades.
- Observen si otros miembros de la familia tienen esta costumbre, ya que la imitación es uno de los factores más comunes, y se deben involucrar todos en el cambio de hábito.
- Consulten con un psiquiatra infantil para diagnosticar la causa que lo esté provocando, y así recibir la terapia más adecuada para él/ella.
Tips para los padres:
- Observen en qué situaciones se muerde las uñas, para establecer si se trata de algo tensional, imitativo, o de mera entretención.
- Manténganle las uñas de un corte adecuado y recortando los cueritos que puedan molestarle.
- La aplicación de esmaltes está prohibida, ya que son tóxicos y no tienen ningún efecto en el abandono de esta conducta.
- Para corregirlo, utilicen refuerzos positivos. Por ejemplo: pedirle que no se coma las uñas de algunos dedos o de una mano completa, mostrarle cómo mejora su aspecto, y premiarlo.
Busquen alguna actividad física que le guste y lo libere de tensiones. Hacer manualidades como pintar, dibujar, jugar con legos o plastilinas para mantenerlo distraído y con las manos ocupadas.