El daño del cigarrillo para la mujer embarazada es sabido. Para nadie es un secreto que sus componentes pueden afectar gravemente al bebé por nacer (y al fumador en general). Luego del parto muchas madres se preguntarán: “y ahora, ¿puedo volver a fumar?”. Te recomendamos aprovechar el impulso y dejar el vicio para siempre, pues durante la lactancia el cigarro también puede tener efectos nocivos en tu hijo, los cuales se traspasan a través de la leche materna.
¿Es compatible el tabaco con la lactancia materna? ¿Ocasiona tantos efectos como cuando la mujer fuma durante el embarazo? ¿Qué puede hacer una madre fumadora? Antes de que te engañes a ti misma, hay que dejar en claro lo siguiente: la única solución es dejar de fumar. No sólo por tu hijo, si no contigo mismo y todos los que te rodean. El cigarro tiene efectos graves en la salud de las personas, y fumar nunca va a ser recomendado para nadie en ninguna etapa de su vida.
Ahora bien, la nicotina es especialmente nociva para el bebé lactante, por esto hay cierta información que debes saber y aspectos a considerar si eres una madre fumadora.
Efectos del cigarro en el lactante
Cuando una mujer es fumadora, es probable que se pregunte qué consecuencias tendrá su hábito a la hora de amamantar a su bebé. Al analizar los componentes de un cigarro, se puede ver que contiene nicotina, una sustancia sumamente adictiva y que se traspasa a la sangre, y a tu bebé a través de la leche materna.
Por otro lado, el humo del cigarro tiene aproximadamente 70 componentes cancerígenos. Contiene además gases invisibles que obstaculizan el paso del oxígeno al cuerpo. Lo anterior se traspasa al bebé al estar expuesto al humo.
Una madre que fuma entre 10 y 20 cigarros al día, genera niveles de 0,4 miligramos de nicotina por litro de leche, es decir, un tercio de la nicotina de un cigarro. A pesar de que los componentes no pasan en proporciones excesivamente elevadas, los riesgos para el bebé sí son importantes.
Los expertos han establecido que se recomienda no fumar durante la época de alimentación con lactancia materna, pues produce riesgos en el lactante.
Algunos de estos efectos pueden ser:
- El tabaquismo materno puede aumentar el riesgo de un fracaso en el intento de iniciar la lactancia materna. Además, puede disminuir la duración de la época de lactancia.
- La mujer fumadora puede presentar mayores niveles de cotinina, cadmio, mercurio, y otros metales pesados. También puede tener menores niveles de proteínas, vitaminas y otros antioxidantes. Esto perjudica la calidad de la leche materna, alimentación ideal para el bebé de manera exclusiva por sus primeros 6 meses de vida.
- Fumar podría disminuir la producción de leche, ya que el cigarro inhibe la prolactina, la cual es la hormona encargada de la producción.
- Puede producir mayor riesgo de obesidad futura en los lactantes amamantados por madres fumadoras. También se ha relacionado con una menor ganancia de peso en el bebé.
- Se ha demostrado que el riesgo de muerte súbita puede incrementar.
- El mayor problema de salud de lactantes criados en ambientes de humo es padecer infecciones respiratorias, asma y hospitalizaciones. Esto no es debido al traspaso de nicotina a través de la leche, sino a la inhalación pasiva de la combustión.
- Puede causar síntomas en el bebé como intranquilidad, palpitaciones aceleradas y alteraciones del sueño.
- Se ha demostrado que hijos de madres fumadoras tienen ocho veces más predisposición a tener otitis media aguda, en comparación con hijos de no fumadores.
- El consumo de tabaco durante la lactancia se relaciona con una mayor concentración de grasa en la leche.
En conclusión, el embarazo y la lactancia constituyen una gran oportunidad para dejar de fumar. La comunidad médica ha constatado el impacto de la adicción al tabaco de las madres sobre la salud del bebé, no solo por la nicotina que viaja a través de la leche, si no también al convertir al bebé en un fumador pasivo, especialmente durante le época de lactancia cuando hay momentos de tanta cercanía física entre la madre y su hijo.
Solicita en tu centro de salud ayuda para dejar el tabaco.
Qué hacer si soy adicta
Como vimos, lo mejor es no fumar durante el periodo de lactancia (y nunca). Aquí hay algunos tips que te pueden ayudar a dejar de fumar:
- Establece una fecha para empezar, comienza al inicio de un día o una semana y los días anteriores intenta reducir el consumo de cigarros.
- Comunica tu decisión a familiares y amigos. Esto puede ayudar a incrementar la presión de cumplir tu objetivo y a obtener apoyo los días en que pierdas la fuerza de voluntad.
- Deshazte de los cigarros y ceniceros presentes en tu casa, auto y lugar de trabajo.
- Reemplaza las ganas de fumar por actividad física, tomar té, salir a caminar, etc. Si notas que te surgen mayores ganas de fumar al beber café o alcohol, evita consumirlos.
- Ten a mano snacks saludables como palitos de zanahoria, frutos secos, etc. Así al sentir ansiedad la puedas satisfacer con estos alimentos.
Es importante considerar que los riesgos descritos son mayores si además el bebé es alimentado con leche de fórmula. Es por esto que, incluso si fumas, se recomienda la lactancia como prioridad alimenticia. La misma leche materna puede combatir mucho mejor posibles enfermedades respiratorias causadas por el humo, en comparación con la artificial.
Si no puedes dejar de fumar, continúa dando pecho siguiendo las siguientes recomendaciones para reducir la exposición de tu bebé al tabaco:
- Hogar libre de humo, para que tu bebé no sea un fumador pasivo.
- No amamantar justo después de fumar para darle más tiempo al cuerpo para eliminar la nicotina de la leche (al menos unas 2 horas tras el último cigarro).
- Reducir la cantidad de cigarros tanto como sea posible.
- No se recomienda compartir cama con el bebé.
- Desinfecta tu ropa y cuerpo antes de amamantar, ya que las sustancias del cigarro se pueden impregnar en tu ropa y piel, y pueden ser aspiradas por tu bebé.
- Haz ejercicio físico para combatir la ansiedad y fumar menos.