Lo quieras o no, el momento en el que tengas que hablar de sexualidad y embarazo con tu hijo llegará más temprano de lo que esperas. Si recibes una pregunta relacionada a este tema, lo peor que puedes hacer es esquivarla. Sabemos que puede ser un tema delicado, por eso recopilamos consejos que pueden ayudar a hacer de este momento uno especial.
Hay algo que los expertos quieren dejar claro: si un niño te pregunta sobre algo concreto, es porque ya esté preparado para recibir la respuesta. Los detalles y lenguaje de tu explicación van a variar dependiendo de tu estilo de crianza y de la edad del niño.
Tocar el tema con tu hijo será obligatorio y no podrás escapar de este momento. De hecho es necesario que sea uno de los padres quien hable de esto con un niño, y no su compañero de colegio o que se entere a través de las redes sociales.
La sexualidad es parte importante de la naturaleza, y su enseñanza un aspecto central en la educación de los niños. Existen algunos aspectos a considerar a la hora de dar una respuesta a la duda existencial “¿de dónde vienen los bebés?”.
Qué lenguaje utilizar
A partir de los 4 años aproximadamente, los niños empiezan a plantear preguntas en torno al embarazo y el nacimiento de los bebés. A pesar de que no hayan tenido ninguna experiencia sexual, perciben que los gestos de ternura en sus padres o cuidadores son buenos.
El lenguaje que utilicemos será clave para resolver las dudas de nuestro hijo. Hoy en día los expertos recomiendan no contar fábulas como el cuento de la cigüeña, ya que resultan contraproducentes y suponen una mentira. Es normal querer preservar su inocencia o no querer darle detalles, pero no por esto hay que ser poco clara y mantener al niño en la incertidumbre. Se deben entregar respuestas reales adaptadas a su capacidad de comprensión, y cuando vaya creciendo, se irá completando con nueva información.
Dependiendo de la edad de tu hijo deberás elegir el lenguaje a utilizar. Mientras más grande, más explícita puedes ser. Lo importante es dejar claro que un bebé se crea por parte de un hombre y una mujer, de edad madura. Deben entender que hacer y tener un bebé es algo que sólo los adultos pueden. También puedes agregar que debe haber una relación amorosa entre los adultos, por lo que no se puede hacer con un hermano, abuelo, tío, etc.
Como mencionamos, se recomienda evitar usar cuentos ficticios, pero sí puedes usar analogías: “papá tiene una semillita y mamá huevitos, cuando estos se juntan se empieza a formar un bebé en el vientre de mamá. Después de 9 meses mamá lo traerá el mundo a través de un parto”.
Quizás prefieras usar libros o imágenes ilustradas, adecuadas para la edad de tus hijos. A partir de los 8 años puedes usar libros elaborados donde puedan ver dibujos de los órganos sexuales y así entender mejor el proceso completo.
Depende de la edad
La curiosidad sexual es completamente normal en cualquier edad, con diferentes tonos mientras va creciendo. Puede ser risa, vergüenza, interés, repudio, etc. Cuando el hijo esté listo para hacer preguntas, tú debes estar lista para contestar.
- 2-3 años de edad: es importante empezar a enseñarles los nombres de las partes del cuerpo, y cuáles son las más privadas.
- 3-4 años: pueden comenzar a surgir las preguntas. En esta etapa conviene contarle una analogía como la de la semilla y el huevito, y hacerlo interactuar con embarazadas, que puedan sentir al bebé, etc. Es absolutamente normal que se toquen los genitales. Se les debe enseñar qué es correcto y qué no, en relación a los límites de cada familia. Es importante explicarles que ninguna otra persona debería tocar sus partes privadas.
- Entre 5-6 años: empiezan las preguntas un poco más específicas. No temas llamar cada cosa por su nombre. Algunos libros pueden ser útiles para explicar cómo se crean los bebés.
- 7-8 años: suelen tener mayor conciencia de su propio cuerpo y de las diferencias físicas entre niño y niña. Se aconseja hablar de pene y vagina con absoluta claridad.
- 9-10 años: tienen ideas sobre el sexo, ya sea enseñado por los padres, colegio o amigos/internet. Es importante recalcar temas valóricos al respecto del sexo dependiendo de cada padre, relacionado con el grado de madurez y de amor de quienes tienen relaciones sexuales.
Tips
- Cómo empezar: aprovecha las situaciones cotidianas para ir enseñando a tus hijos temas relativos al sexo. Por ejemplo: a la hora del baño pueden conversar acerca de las partes del cuerpo y el significado de lo privado. Si alguien cercano se embaraza o tiene un parto, es una buena ocasión para que entienda la etapa de gestación y el nacimiento a través de un ejemplo concreto y tangible. Averigua lo que tus hijos ya saben antes de hablarles del tema, deja que ellos guíen la conversación y pregunten.
- Claridad: los niños más pequeños no están preparados para manejar una gran cantidad de información acerca de la concepción, gestación y nacimiento. Debes entregar una explicación simple, abierta y saludable. Mientras vaya creciendo podrás ir agregando más detalles. Responde exactamente lo que tu hijo te pregunta, ni más ni menos, o nota si el niño quiere o necesita saber más. Percibe sus reacciones.
- Verdad: aprovecha la instancia con la mayor sinceridad posible. Si les mentimos o somos poco claros, tarde o temprano descubrirán la verdad y seremos para ellos una fuente de información poco fiable. Los niños no saben cómo procesar información como el cuento de la cigüeña, los puede confundir. Usa el nombre propio de cada parte del cuerpo. Si te incomoda contestar ciertas preguntas, dílo y pide ayuda a otros adultos para explicar ciertas cosas.
- No te burles: si pregunta algo divertido, no te rías pues puedes hacerlo sentir avergonzado. No asumas una actitud demasiado seria. Prepárate para repetir las cosas.