La maternidad viene llena de conceptos nuevos que quizás nunca habías oído o entendido. Pero una vez te enteras que serás mamá, querrás aprender todo lo importante y más para poder cuidar a tu hijo de la mejor manera.
Uno de los aspectos más importantes (y de los primeros) que tendrás que enfrentar será la lactancia y alimentación del bebé. Y este mundillo viene con infinitos términos que al aprenderlos te ayudará a estar más relajada y confiada en lo que estás haciendo. Uno de ellos es la subida/bajada de leche.
Cuando la madre pasa de segregar calostro a segregar leche, se dice que la leche sube. En algunos lugares se dice que baja, pero significa lo mismo. Esto sucede los primeros días después del nacimiento del bebé.
Es un tema de preocupación de las mujeres: cuándo y cómo sucederá, duele o no, qué tengo que hacer, cómo puedo ayudar al proceso, etc. Es un momento clave de la lactancia materna donde la falta de información puede confundir a los padres.
El calostro
La mayoría de las mujeres quiere amamantar a su bebé, y generalmente lo logra sin problemas. Pero hay un pequeño porcentaje de mamás que no lo consigue por distintos motivos. Es por eso que uno de los grandes temores de una futura madre es: ‘¿tendré leche?’.
Cuando empiezas a dar pecho a tu bebé, a los pocos minutos de que este haya nacido, los pechos producen calostro en pequeñas cantidades. El calostro es una sustancia amarillenta y densa, compuesta por una gran cantidad de células inmunitarias, aminoácidos y sustancias nutritivas.
Algunas mujeres segregan calostro incluso antes de que el bebé nazca, el cual irá aumentando gradualmente durante las primeras horas luego del parto. Es como la primera vacuna que recibe el bebé: es tan importante para la salud del bebé que se le llama “oro líquido”.
Es suficiente para el bebé los primeros días y no hace falta darles ningún suplemento. Si tu bebé pierde peso no te preocupes, pues es absolutamente normal que baje de peso los primeros días.
Después de dos a cuatro días, el calostro se reemplaza por la querida y preciada leche materna, en grandes cantidades. Esto es lo que se conoce como la subida de la leche.
La primera producción de leche materna
El comienzo de la producción de leche materna es cuando se produce la subida de la leche, que también se le puede llamar bajada. El bebé succiona el pezón y con eso estimula la producción de las hormonas prolactina y oxitocina, que son las responsables de la producción de leche.
Entonces, la madre pasa de segregar calostro a segregar leche, la cual “sube” entre el tercer y cuarto día luego del nacimiento del bebé. Sin embargo, hay mujeres que lo perciben más allá de las primeras 72 horas.
En las madres primerizas, la subida o bajada de leche puede darse más tarde que en una madre que tuvo un parto anteriormente. El proceso fisiológico es el mismo, independiente del tipo de parto. La mujer comienza produciendo cerca de 20 ml de leche por toma, lo cual va aumentando exponencialmente con el tiempo.
Los pechos se preparan para empezar a producir leche durante mucho tiempo, y para esto aumenta la vascularización de las mamas, es decir, un edema vascular. Lo anterior puede ocasionar que los pechos crezcan, se endurezcan, estén adoloridos y se sientan calientes. Estos síntomas podrían durar unos tres días aproximadamente.
Sentir o no dolor es subjetivo y dependerá de cada madre. Algunas personas creen que esto depende de cómo se instauró la lactancia desde un principio: si se coloca el bebé al pecho al nacer y desde ahí en adelante succiona a demanda varias veces al día, el proceso de subida podría ser menos incómodo y doloroso.
Congestión mamaria
Como vimos, la subida de leche materna viene acompañado con una inflamación de las mamas ya que empieza una producción de leche contundente. Esto sucede alrededor del tercer día de vida del bebé y los síntomas deberían durar unos tres días.
Si la subida de leche no se drena eficazmente, el bebé no está tomando lo suficiente para vaciar los pechos o se está produciendo más leche de la que sus pechos pueden soportar, puede suceder una ingurgitación o congestión.
En estos casos, el dolor puede ser fuerte y la areola y pechos están muy tensos y duros, lo que podría dificultar el agarre al bebé. Se puede dar en uno o en ambos pechos y provocar palpitaciones, hinchazón, sensación de calor en la zona. Suele ser una situación temporal.
No debe confundirse la congestión con una mastitis, en la que se produce una obstrucción de un conducto o una posible infección en el pecho, que debe ser supervisada por un especialista y puede requerir de medicamentos. Muchas veces es consecuencia de una congestión, ya que al tener los pechos adoloridos y duros, el bebé deja de succionar y se obstruyen los conductos.
El tratamiento más eficaz para los pechos congestionados es un bebé hambriento que se alimente a demanda para intentar vaciar los pechos. Si no toma lo suficiente, extrae la leche y así ayudarás a mantener un flujo constante.
Otros consejos para aliviar la congestión son:
- Comprueba que tu bebé tenga un buen agarre y consulta con un especialista de lactancia si es necesario.
- Da pecho en diferentes posiciones.
- Masajea los pechos durante la toma para lograr un vaciado máximo.
- Extrae un poco de leche antes de la toma para ayudar a ablandar el pezón y que se pueda agarrar con mayor facilidad.
- Si tus pechos siguen llenos después de una toma, extrae leche.
- Si no quieres o no puedes amamantar, sustituye las tomas por extracciones al menos ocho veces al día.
- Consulta con un especialista si es recomendable que apliques compresas frías o calientes sobre tus pechos.
- Usa un sujetador o sostén de lactancia adecuado, con ajuste correcto y blando.
- No te saltes las tomas ni detengas la lactancia de manera repentina.
Agalactia
Hay ocasiones en que después del parto no se generan los mecanismos fisiológicos que generan la subida o bajada de leche materna, sin embargo, es muy poco común (cerca de un 1%). Este trastorno se llama agalactia, que es la ausencia total de secreción de leche.
Muchas madres creen que si su bebé llora es porque se quedó con hambre porque no tienen leche. Casi nunca es el caso. Consulta a un especialista de lactancia si crees que no tienes nada o insuficiente producción de leche.
Si quieres asegurar la subida de leche, puedes seguir ciertas prácticas desde el principio, como:
- Apenas nace el bebé, colócalo al pecho. Es clave para la instauración de la lactancia.
- No te preocupes si los primeros cuatro días después del parto no tienes leche, pues los primeros días segregar calostro es suficiente para su nutrición.
- Amamanta a demanda, cuantas más veces mejor.
- Los primeros días no utilices chupete ni mamadera para no confundirlo.