Es muy común que en algún momento de la infancia, a tu hijo/a le cueste mucho quedarse dormido/a y que aún así madrugue. Y para los padres puede resultar una situación tremendamente frustrante y estresante. Bárbara Guzmán, psicóloga y sleep coach nos explica por qué sucede y qué consecuencias puede traer.
Primero aclarar conceptos:
- Madrugar: despertar previo a las 6 am.
- Tiempo esperado para dormirse: siestas entre 5 y 10 minutos y de noche entre 5 y 20 minutos.
- Tu percepción: si sientes que está madrugando o demorándose más de lo habitual, también importa.
Algunas de las razones por las que puede ocurrir esto:
- Llega sobre cansado a la hora de dormir y el cortisol juega su papel.
- Aumentó su ventana de sueño y está llegando sin sueño a la hora de dormir. En este caso debemos ajustar la hora de la siesta o de la noche.
- Acceso a pantallas la última parte del día.
- Exceso de siesta. En este caso debemos ajustar la duración.
- Sobre estimulación previa a dormir.
- Ambiente de sueño que dificulta la conciliación del sueño. Sobre todo en horario de verano.
- Miedos a la hora de dormir.
- Regresión de sueño: por nacimiento de hermano/a, entrada al jardín, eliminación de chupete o cambio de hábito para conciliar el sueño.
- Desajuste del reloj biológico.
¿Qué consecuencias puede traer la batalla a la hora de dormir?
- Asociaciones negativas con la hora de dormir.
- Cambio de hábitos que no queremos mantener a futuro para conciliar y mantener el sueño.
- Dinámica familiar tensa y estresante.
- Eliminar siestas cuando no toca y desencadenar sobrecansancio.
- Recurrir a uso de medicamentos innecesarios.
- Atribución a factores incorrectos o a la biología/normalidad y no generar los cambios necesarios.
En caso de que esto les ocurra, les recomendamos acudir a un especialista para atravesar este proceso de la mejor forma para ustedes y para su hijo/a.
Bárbara Guzmán
Psicóloga y Sleep Coach
Instagram: @kids360.cl