«Mala crianza» de los abuelos… cómo poner límites

Jul 7, 2021

Bebé ·

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Es sabido que muchos abuelos toman el rol de “malcriadores” de sus nietos: les dan muchos regalos y libertades, y nadie les puede decir nada al respecto. ¿Afecta en el desarrollo de los niños? ¿Podemos pedirle que no lo hagan? 

La vida del niño está marcada por muchas personas, no solo sus padres. La familia extendida son las conexiones de parentesco que unen a distintas generaciones en la vida del niño, como los tíos y abuelos.

En muchos casos, estos familiares están muy presentes en la crianza debido a la cercanía física, por ejemplo. Muchas parejas viven con sus padres o suegros, o son vecinos de sus hermanos. Cuando nace el bebé, estos adultos se transforman en figuras importantes que participan en su cuidado y desarrollo.

Esta relación de cuidado “compartido” con otro adulto de confianza a veces puede ser complicada… Te damos algunos consejos para manejarlo.

Presencia o apoyo de la familia extensa

La familia extensa es un grupo en el que muchos padres se apoyan para obtener ayuda con los cuidados del bebé. Contar con abuelos u otros familiares es una ventaja para aliviar la carga de los padres y para que los niños aprendan a socializar con otros seres queridos que puedan mostrarles el mundo con otras perspectivas y patrones.

El cuidado compartido permite que otros cuidadores dentro de la familia puedan hacerse cargo cuando alguno de los padres no puede o necesita descansar.

La familia extensa promueve el enriquecimiento recíproco de las relaciones, compartiendo distintas visiones del mundo y aprendiendo a coexistir con distintas formas y límites. El problema es cuando no hay límites. 

A pesar de los enormes beneficios de involucrar a otros adultos significativos en la vida del niño, es importante que exista una coordinación previa para evitar malentendidos e inconsistencias, que pueden perjudicar la relación entre los adultos o el desarrollo del niño.

Muchas veces, los abuelos toman el rol de malcriadores de sus nietos. No ponen reglas ni límites, y tienen todo el tiempo del mundo para regalonear al niño pequeño. Aunque es una relación incondicional que hace al niño sentirse muy querido, puede ir en contra de la crianza que los padres quieren para sus hijos.

Límites

Es muy común que dentro del núcleo cercano de un niño existan desacuerdos en la crianza: todos tienen distintas opiniones y perspectivas, y ninguna está bien ni mal. Incluso entre los mismos padres puede haber diferencias. Lo importante es que se priorice y respeten las decisiones acordadas por los padres.

En Estados Unidos, 1 de cada 2 abuelos no están de acuerdo con la forma en que sus hijos crían a sus nietos. Aunque sus opiniones siempre se guían por el amor, y no es malo escuchar sus consejos, es importante expresarles cuáles son los límites que ponen los padres a la malcrianza.

Ciertos aspectos importantes:

  • Claridad y diferenciación en los roles: aunque los abuelos pueden ser fundamentales y ayudar muchísimo con el cuidado del niño, se debe distinguir las diferencias entre involucrarse en el cuidado e involucrarse en la crianza. Las decisiones relevantes de la vida del niño son tomadas por los padres.
  • Definir horarios, labores y frecuencia de ayuda de antemano: acuerda horarios y días en que los padres necesitan ayuda con el cuidado y los abuelos pueden y quieren brindar. Esto implica anticipación para que el familiar pueda organizarse con tiempo y para que los padres también sepan cuándo podrán liberarse un poco y cuándo no.
  • No sobrepasarse: a pesar de que un familiar puede estar 100% disponible y con ganas de cuidar al pequeño siempre, es importante no abusar ni entregar muchas responsabilidades ni tiempo solo por comodidad. Los padres son los encargados del cuidado del bebé y eso debe demostrarse y reflejarse en el día a día, sino puede confundir al niño.
  • Separar cuidados con presencia y entretención: hay familiares que quieren implicarse en el cuidado para poder estar presentes en la vida del niño. Es importante comunicarles que pueden realizar otras actividades más entretenidas y tener tiempo de calidad, sin involucrarse en la crianza.

Las cosas claras conservan la familia

Como vimos, hay veces que se producen ciertos comentarios o conductas reiteradas que requieren poner ciertos límites y tener conversaciones difíciles. Debemos aprender a comunicarnos afectivamente y, ojalá, hacerlo desde el principio.

Se debe comenzar por agradecer la preocupación, buenas intenciones y ayuda que cada familiar entrega, y destacar su aporte constructivo al desarrollo del niño.

Luego, plantear respetuosamente las necesidades y límites que se han definido para el niño. También expresar si se han sentido pasados a llevar o ha habido una falta de coordinación.

Es importante que los padres estén alineados en los límites definidos y en la postura que tendrán con la familia extensa. Una visión acordada sobre la crianza entre los cuidadores principales ofrece un marco de crianza organizado para el resto de la familia y un punto de partida para el diálogo.

Entender que hay ciertos aspectos que pueden flexibilizarse según la personalidad y estilo de cada persona. No todas las reglas son igual de importantes, y si estamos solicitando la ayuda de otra persona, hay que entender que no podemos controlar cada palabra ni acción que suceda entre ellos.

Se deben identificar y conversar los principales puntos de desacuerdo con los familiares extendidos, para conocer su perspectiva, establecer prioridades y definir límites.

Es bueno que los niños sepan que cada casa tiene sus propias reglas y que deben habituarse a ellas. Esas diferencias también los ayuda a entender mejor los límites sociales y a distinguir que distintos lugares tienen distintos contextos.

Explica a los otros familiares ciertos tips que pueden ayudar: cómo suelen calmar al niño cuando llora o está enojado, qué rutina realizan antes de dormir, qué alimentos son parte de su dieta y cuáles no, etc. Así el niño podrá tener una rutina un poco más constante.

Recuerda: lo más importante es que los niños estén seguros y bien cuidados. Sin embargo, si estás sintiéndote pasado a llevar o crees que tu hijo está teniendo una educación inadecuada, no lo dejes pasar.

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