La crianza a veces pareciera ser un sinfín de reglas y cosas que «deberían ser» de cierta manera. Por lo mismo, la psicóloga del equipo de Crecer de Colores nos entrega la siguiente reflexión sobre la flexibilidad en la parentalidad.
La flexibilidad involucra muchas cosas, entre ellas el manejo de emociones, y el conocer nuestros pensamientos y nuestras vivencias en torno a la crianza.
Entendemos la flexibilidad psicológica como la capacidad y disposición para enfrentar dificultades personales de manera consciente, actuando en concordancia con nuestros valores. Esto último es muy importante, ¡flexibilidad no significa ceder en todo! Tiene que ver con la posibilidad de adaptarnos, manteniendo la meta que nos interesa.
La flexibilidad psicológica tiene un lugar muy importante para las mamás y papás, porque gracias a ella somos capaces de llevar a cabo una tarea tan compleja como es la crianza. Además, está estudiado que la flexibilidad psicológica corresponde a un factor que impacta en la salud. Sí, leyeron bien, es así de importante.
Si nosotros como adultos practicamos la flexibilidad en las situaciones que van surgiendo a diario, estaremos directamente enseñándole a nuestros niños y niñas a ser flexibles también.
¿Cómo practicarla?
- Ser conscientes de las emociones que vamos viviendo nosotros mismos y nuestros hijos/as.
- Aceptar estas emociones, en vez de intentar suprimirlas. No siempre las cosas salen como lo esperamos, y no siempre nuestros hijos/as reaccionan de la manera que quisiéramos.
- Así, manejando nuestras propias frustraciones, el adaptarnos puede dar paso a algo nuevo e inesperado que aporta a nuestra relación con nuestros hijos/as.
Crecer de colores
Centro de rehabilitación infantil y estimulación temprana
Instagram: @crecerdecolores