Enfermedades de transmisión sexual: herpes genitales

Mar 22, 2021

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El herpes genital es una ETS muy común que puede contraer cualquier persona sexualmente activa. Es importante conocer sobre los herpes y saber identificarlos, pues durante el embarazo y parto puede ser riesgoso para el bebé. ¿Cómo hacerlo, si la mayoría de las personas no presenta síntomas?

El herpes es un virus común que provoca llagas en los genitales y/o en la boca. En este artículo nos centraremos en el herpes genital, una enfermedad de transmisión sexual (ETS). 

Aunque la mayoría de las personas con el virus no tiene síntomas, este herpes se puede transmitir fácilmente a través del contacto sexual. Si se presentan llagas, pueden ser molestas y dolorosas, sin embargo, no suele causar problemas graves de salud.

El herpes no tiene cura, pero sí existen medicamentos para prevenir y reducir el riesgo de contagio. Después de la infección inicial, el virus puede permanecer inactivo en el cuerpo y activarse varias veces durante un periodo largo.

Causas y factores de riesgo

El herpes genital usualmente viene del virus del herpes simple de tipo 2. Esta infección se propaga a través del contacto sexual y contacto con la piel. Es muy frecuente y contagioso, independiente de si se presentan síntomas o no.

Se puede contraer al tener relaciones sexuales vaginales, anales u orales, con una persona que tenga el virus. Además, puede infectarse si se entra en contacto con el virus del herpes presente en una llaga de herpes, secreciones genitales o la piel de la zona genital.

Es posible contraer el herpes genital al recibir sexo oral de una pareja que tenga herpes oral. Es difícil contraer el herpes a través de objetos que fueron tocados por una persona con el virus, ya que el virus muere rápidamente fuera del organismo.

Algunos factores de riesgo que aumentan el riesgo de infectarte con herpes genitales son:

  • Ser mujer, ya que tienen más probabilidades en comparación a los hombres de tener herpes genital.
  • Tener más de una pareja sexual, ya que cada persona nueva aumenta tu riesgo de exposición al virus que provoca el herpes genital.

Síntomas

La mayoría de las personas infectadas con el virus del herpes simple no sabe que lo tienen ya que pueden no presentar signos, o ser muy leves y confundirse con otra afección.

Si es que se presentan síntomas, estos pueden aparecer entre dos y doce días después de haber tenido contacto con el virus. 

Algunas de las manifestaciones del herpes genital pueden ser las siguientes:

  • Brotes de ampollas blancas o llagas dolorosas, que causan picazón y pueden ser intermitentes. Las llagas pueden tardar una semana o más en curarse.
  • Dolor, comezón y sensibilidad en la zona genital.
  • Protuberancias rojas pequeñas.
  • Úlceras, que se pueden formar cuando las ampollas se rompen y sangran.
  • Dolor al orinar, usualmente por la presencia de úlceras.
  • Costras, a medida que las úlceras cicatrizan.
  • Ganglios linfáticos inflamados en la ingle.
  • Dolor de cabeza y cuerpo, y fiebre.
  • Flujo vaginal atípico.

Cuando aparecen síntomas como llagas o ampollas, se dice que la persona “tiene un brote de herpes”. La primera vez que esto sucede es probable que también presente síntomas similares a los de un resfrío.

Aunque la infección permanece en el cuerpo por el resto de la vida, la cantidad de brotes tiende a disminuir con los años. En aquellas personas cuyos sistemas inmunológicos son deficientes, como casos de VIH, el herpes genital puede ser grave y crónico.

Si tú o tu pareja notan alguno de los síntomas mencionados, se debe acudir al médico. Aunque el herpes genital no tiene cura, hay medicamentos que pueden aliviar los síntomas y que bajan su capacidad de contagio, logrando que la persona tenga una vida normal.

Herpes y embarazo

Si tienes herpes genital (o crees tenerlo) y quedas embarazada, es muy importante que le avises a tu médico. Tener un brote cerca del parto puede ser riesgoso ya que es posible transmitir el virus al bebé cuando nace.

Es posible pasar la infección por herpes al bebé en gestación, pero es más frecuente durante el parto. Esto puede producir una infección muy peligrosa para los bebés, llamada herpes neonatal. Si tuviste herpes genital antes de quedar embarazada, el bebé sigue corriendo el riesgo de contraer herpes, aunque es menor.

Es posible que si surge un brote al momento de entrar en trabajo de parto, se recomiende una cesárea para reducir el riesgo de contagio. Además, algunos estudios indican que esta infección podría llevar al aborto espontáneo o aumentar las posibilidades de un parto prematuro.

La mayoría de las mujeres con herpes genital tienen bebés saludables, pero es importante informar al médico y tomar medicamentos que indique para disminuir el riesgo de contagio al bebé.

¿Se pueden prevenir?

Como ya mencionamos, no existe una cura para el herpes. Sin embargo, hay medicamentos que pueden prevenir o disminuir la duración y cantidad de brotes, y también su grado de contagio.

Además, hay algunas recomendaciones que pueden ayudar a prevenir el herpes genital:

  • Usar preservativo de látex durante todos y cualquier tipo de contacto sexual.
  • Evitar la relación sexual si la pareja tiene un brote activo de herpes.
  • La persona infectada puede tomar un medicamento contra el herpes todos los días. 
  • Tu pareja y tú pueden hacerse la prueba para descartar cualquier ETS, antes de mantener relaciones sexuales.
  • Evitar realizarse duchas vaginales muy frecuentes, ya que eliminan algunas bacterias que protegen de las infecciones.

La única manera 100% efectiva de evitar esta ETS es absteniéndose sexualmente, ya que no todas las llagas del herpes se presentan en el área cubierta por el preservativo, por lo que igualmente hay posibilidad de contagio

Además, el virus del herpes puede esparcirse en áreas de la piel que no tienen llagas visibles.

Durante un brote de herpes, se pueden tomar medidas para acelerar la cicatrización de las llagas y ampollas, y así evitar que el herpes se propague. Algunas de estas son:

  • Mantener una higiene correcta en la zona con llagas.
  • Evitar tener contacto con las llagas.
  • Lavarse las manos constantemente.
  • Evitar tener relaciones sexuales hasta que se curen las llagas.

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