La alimentación de un recién nacido se basa en la leche materna, o de fórmula. Sin embargo, uno podría pensar que darle algo tan inocuo y natural como el agua es bueno y necesario. Pero no es el caso: la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones médicas no recomiendan la ingesta de agua en menores de 6 meses de edad. ¿Por qué? Aquí las razones y otros detalles clave que debes saber sobre el cuerpo de tu bebé.
El cuerpo de un recién nacido
Mientras que el cuerpo de un adulto está compuesto por entre un 55% y 78% de agua, el cuerpo de un bebé llega al 80%, ya que la leche materna también está compuesta por un 80% de agua. Esto es debido a que durante el embarazo o en periodo de lactancia, las mujeres deben consumir más agua de lo normal (hasta 3 litros diarios).
Este alto porcentaje de agua metabólica en recién nacidos explica la falta de necesidad de darles agua pues reciben todos los nutrientes y agua que necesitan a través de la leche materna o de fórmula.
Si estás en un ambiente muy caluroso, o tu bebé está afiebrado y transpira mucho, es normal que sientas el impulso de darle de tomar agua para evitar su deshidratación. Sin embargo, recuerda que la leche materna contiene mucha agua, por lo que solo dale de ésta las veces que sea necesario, y lo mantendrás hidratado.
Posibles efectos del agua en tu bebé
Algunas consecuencias de darle agua a un bebé en grandes cantidades y de manera frecuente son que interfiera con la capacidad de su propio cuerpo de absorber los nutrientes que adquiere de la leche. Además, que tome leche puede causar una sensación de saciedad, “llenarle la guatita con agua”, lo que podría producir que no quiera alimentarse de leche, y perdería todo los otros nutrientes que ésta le entrega para su crecimiento.
El riesgo de diarrea es un efecto inminente del consumo de agua en bebés, ya que tienen un estómago más delicado que un adulto, y un agua contaminada podría causar infecciones. Esto mismo se debe tomar en cuenta al preparar leche en fórmula, ya que agregar más agua de lo necesaria implica que está recibiendo menos nutrientes y un posible riesgo de intoxicación.
Tan dañina puede ser el consumo de agua (frecuente y contundente) en un recién nacido que puede producir hiponatremia: como los riñones del bebé están en desarrollo, la ingesta del agua puede provocar intoxicación por un desequilibrio de electrolitos, como el sodio. Bajos niveles de sodio se puede producir por tomar mucha agua.
¿Qué cambia a los 6 meses?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingesta de agua después de los 6 meses de vida. A estas alturas, el cuerpo del bebé está compuesto por menos agua (entre 60% y 80%), por lo que puede empezar a tomar pequeñas dosis de agua. La institución recomienda alrededor de 700 ml al día.
A pesar de que puedan, no significa que deben. Antes del año, siguen recibiendo agua en la leche materna o de fórmula. No se les debe obligar a consumir agua, ni dar en exceso. Recuerda también que si le das un preparado en fórmula, hay que hervir el agua previamente para matar los posibles gérmenes que podrían intoxicarlo.
Más adelante, entre los 6 meses y hasta el año de edad, aumenta su requerimiento de agua a 1100 ml diarios. Hasta los 3 años sube a 1300 ml, y hasta las 8 años de edad se necesitan alrededor de 1600 ml cada día. No olvides que el agua también puede provenir de frutas y otros alimentos.
Además, desde los 6 meses de vida podrás darle alimentos más sólidos a tu bebé, aunque no se recomiendo retirar completamente la leche materna o preparada en fórmula hasta los 2 años.