Muchas madres pasan por una época en la que piensan que tienen un suministro de leche materna insuficiente, pierden la confianza en la lactancia y se entregan a la leche en fórmula. Pero esta no es la única opción: en éste artículo podrás comprobar si tienes una baja producción o no, y aprender a aumentarla rápida y eficazmente.
No es secreto que la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad del bebé, es la mejor opción para él. Sus beneficios son interminables, no hay alimento que pueda superarlos. Hay veces en que esta etapa puede ser complicada y estresante: dolor en los pezones, agarre incorrecto, problemas de succión y, el más recurrente, la sensación de la madre de no tener leche suficiente para cubrir las necesidades del bebé.
Muchas veces esta sensación puede ser injustificada, generada por desinformación y nerviosismo. Lo primero que debes comprobar es si realmente tienes un déficit en la producción de leche materna o no. Una vez resuelto, no te estreses: hay algunas cosas que puedes realizar para aumentar tu producción de leche.
Cómo funciona la producción
Una vez nacido el bebé, se recomienda comenzar con la lactancia materna cuanto antes. La producción se consigue con la succión del pezón por parte del bebé. Esto activa hormonas que posibilitan la lactancia y estimulan la bajada de la leche.
Los pechos empiezan a producir leche, lo que se basa en la oferta y demanda, es decir, cada vez que tu bebé se alimenta o al extraer leche materna, los pechos producen más leche. Por lo que, si desde pequeño comienzas a darle leche en fórmula, tu suministro se reducirá ya que tu cuerpo no está recibiendo el estímulo para producir más leche materna.
Por otro lado, mientras más frecuentes y efectivas sean las tomas, más leche producirás. Si tu bebé no toma suficiente durante las sesiones, se recomienda realizar extracciones con sacaleche regulares para mantener el suministro.
Hay algunas razones médicas que generan dificultades para producir suficiente leche materna en madres primerizas. Algunas de estas pueden ser:
- Pérdida de sangre excesiva durante el parto.
- Historial de síndrome de ovarios poliquísticos, diabetes, tiroides u otros trastornos hormonales.
- Hipoplasia mamaria (no hay suficiente tejido glandular productor de leche en el pecho).
- Cirugías mamarias anteriores (no siempre, muchas madres que se han sometido a intervenciones pueden dar pecho sin problema) o traumatismos en el pecho.
Signos de leche materna insuficiente
Aunque no tengas ninguna de las condiciones médicas mencionadas, puede que tu bebé también tenga problemas para obtener suficiente leche por otros motivos. Quizás no esté tomando pecho frecuentemente, las tomas no duren lo necesario, no esté agarrando bien el pecho o tenga un problema que le dificulte tomar la leche.
Existen factores que pueden ocasionar una disminución de la producción de leche materna, entre ellos:
- Comenzar con la lactancia muy tarde: lo ideal es empezar a amamantar inmediatamente tras el parto.
- No amamantar frecuentemente: se recomienda amamantar a libre demanda.
- Usar ciertos medicamentos: consulta a tu doctor antes de tomar algún medicamento mientras amamantas.
- Incorrecto agarre al pezón por parte del bebé.
- Bebé prematuro.
Alguno signos que indican que tu bebé no está tomando suficiente leche:
- Poca ganancia de peso: si tu bebé ha perdido el 10% o más de su peso al nacer, o no ha empezado a ganar peso antes del quinto o sexto día.
- Orina o defeca pocas veces al día.
- Orina oscura, boca seca o ictericia (piel u ojos amarillentos): pueden ser signos de deshidratación.
Solicita asistencia médica inmediatamente si notas algunos de esas señales.
Por otra parte, hay algunos causas normales que NO significan que tengas leche materna insuficiente:
- Tomas muy frecuentes: tu recién nacido pide pecho entre 10 y 12 veces al día, cada 2 horas. Las cantidades de leche que toma en cada toma pueden variar, y muchas veces tu bebé quiere estar agarrado a tu pecho porque busca comodidad y cariño.
- Tu bebé no quiere dejar de tomar el pecho.
- Si le ofreces mamadera después de la toma, sigue queriendo leche.
- Pechos blandos (al contrario de las primeras semanas).
- Ya no tienes pérdidas de leche (antes sí).
- Tienes pechos pequeños.
La lista anterior son cosas absolutamente normales en una lactancia materna, y no significan necesariamente que haya un problema de suministro o que el bebé se esté alimentando de manera incorrecta.
Tips que pueden ayudar
Acude a un especialista de lactancia si crees que tu bebé no está tomando suficiente leche o que tu cuerpo no está produciendo lo necesario.
Hay ciertos consejos que pueden ayudarte a una mejor y más abundante lactancia materna:
- Intenta mantener mayor contacto piel con piel con tu bebé antes y durante las tomas, así estarás estimulando la hormona oxitocina, que es la responsable de que se produzca el flujo de leche.
- Utiliza técnicas de relajación (música, inciensos, etc.) para reducir ansiedad que pueda afectar a tu suministro. No solo durante las tomas: mantén un estilo de vida desestresado para una etapa de lactancia materna saludable.
- Puedes utilizar un extractor de leche para aumentar tu suministro. Hay extractores que imitan el modo en que el bebé succiona, así aumentarás de demanda y, en consecuencia, la oferta. Se recomienda usar un extractor doble, pues permite extraer más leche en menos tiempo, ofrece un mejor vaciado de los pechos y aumenta el suministro. Extrae justo después de una toma de tu bebé, o una hora más tarde: al principio obtendrás pequeñas cantidades pero con una extracción regular, irá aumentando.
- Extracción con las manos: este método aumenta la cantidad de leche que las mamás pueden extraer en una sesión. Debes masajear los pechos, luego realizar una extracción doble utilizando un sujetador de extracción para tener las manos libres y así durante la extracción, comprimir el pecho unos pocos segundos con tu dedos. Suéltalo y repite. Hazlo en ambos pechos hasta que el flujo de leche se ralentice. Masajea los pechos nuevamente. Vacíalos tanto como sea posible.
- Amamanta con ambos pechos a la vez: o altérnalos, pues ambos necesitan ser vaciados para que puedan producir más leche.
- No te saltes los horarios de amamantar, o mejor aún, alimenta a libre demanda.
- Busca la mejor posición para dar pecho: experimenta posturas y elige la que más te acomode a tí y a tu bebé.
- No te desesperes: con la ayuda adecuada, las mamás que comenzaron teniendo un suministro de leche reducido por razones circunstanciales, son capaces de dar pecho 100% o, aunque sea, parcialmente.
Si tu producción no mejora, necesitarás complementar su alimentación con leche de fórmula, siguiendo las indicaciones de su pediatra. Con un sistema de alimentación mixta podrás darle a tu bebé todos los nutrientes que necesita.