La exposición a las pantallas por parte de niños pequeños es algo totalmente común actualmente. El acceso a dispositivos con internet está en todos lados y es prácticamente imposible poder controlar cuánto tiempo y qué contenido ven en las pantallas. ¿Cómo podemos protegerlos de contenido inadecuado?
El contenido al que los niños pueden acceder a través del internet es variado, ilimitado e incontrolable. Por otro lado, evitar la exposición a los dispositivos en un 100% es muy difícil en los tiempos actuales, ya que su uso ya no es solo por ocio sino que tiene utilidad educativa, social, recreativa, etc.
Entonces, ¿cómo podemos aprovechar el acceso a internet sin dejar de proteger a los niños de contenido inapropiado? Y, en esa misma línea ¿qué contenido es apropiado para ellos?
El tema da para un millón de dudas e inquietudes en cuanto al manejo del uso de pantallas y acceso a internet, que intentaremos abarcar en este artículo. Adelantamos que, la base fundamental tiene que ver con la formación y confianza que se les da a los hijos. El mejor manejo y filtro lo pueden realizar ellos mismos.
Comunicación
El primer impulso que tienen los padres es limitar el tiempo que los niños pasan en línea. Sin embargo, esta medida no es muy efectiva, ya que 1) menor tiempo no significa necesariamente que estén a salvo de peligros y de contenido inapropiado, 2) hoy en día el uso de dispositivos es casi una necesidad básica difícil de evitar.
Ahondemos en ambos puntos que demuestran que limitar el tiempo en línea no es una medida suficiente. El primero tiene que ver con que un menor tiempo en pantalla no evita el acceso o aparición de contenido inapropiado. De hecho, podría aumentarlo, ya que al ser una actividad limitada podría incrementar su curiosidad ante las posibilidades del internet.
El segundo punto trata lo difícil que es limitar o reducir el acceso a internet a los niños, ya que eso podría aislarlos de muchas actividades académicas o sociales. Además, aunque se intente controlar en la casa, fuera de ella tendrá la opción de acceder por su cuenta, ya sea en la casa de un amigo, en el colegio o, hasta, en la vía pública.
De todos modos, limitar el tiempo de exposición a internet es necesario para evitar la adicción y que el niño sea consumido por las pantallas. Lo que es importante es entender que esta medida por sí sola no impide que el niño pueda estar expuesto a contenido inapropiado.
Una alternativa para los padres es concentrarse en educar a los hijos en torno al tema. Hablar regularmente acerca de las posibles amenazas en línea y acompañar a los niños pequeños en su uso de los dispositivos puede ser clave. Si el padre está ahí y el niño le tiene confianza, le podría señalar al adulto si aparece un contenido inapropiado o preguntarle si puede o no ver algo.
Los padres además, al estar en conocimiento del uso del niño, pueden optar por bloquear el acceso a aplicaciones o sitios web. O, mejor aún, conversar con ellos y hacerlos conscientes de los peligros a los que se enfrentan, ayudándoles a identificar por sí solos contenidos riesgosos o inapropiados.
La educación de los padres en cuanto a los tipos de contenidos inapropiados que existen es muy necesaria (pornográfico, fraude, ciberamenaza, de adultos), además de saber qué contenido es adecuado para cada edad (redes sociales, películas de terror).
Idóneo para cada edad
Además de los contenidos explícitamente peligrosos y riesgosos, como las páginas pornográficas y las ciberamenazas, existen los contenidos o plataformas que no son apropiados para ciertas edades.
Una red social no es peligrosa en sí, pero su uso puede ser inapropiado para niños pequeños, por ejemplo. Los padres deben decidir qué contenido, páginas web y plataformas son adecuadas para su hijo, y conversar con éste para establecer acuerdos.
Aquí una guía general de tipos de contenidos adecuados por edad:
- Hasta los 4 años: se recomienda que los niños no naveguen por internet. Es común ver que utilizan de vez en cuando ciertos dispositivos electrónicos, pero no es necesario que tengan acceso a internet. Es decir, quizás se les permite escuchar música, acceso a algún juego o video infantil interactivo, pero con completa supervisión del adulto y sin que tome control del aparato.
- 4 a 6 años: los niños empiezan a tener interés de explorar el mundo del entretenimiento online, pues la interacción, música y colores es muy atractiva. Es importante supervisar o bloquear aquellas páginas que incluyen publicidad, pues los niños de estas edades ya saben hacer click y seguramente lo harán, lo que puede llevarlos a contenido inapropiado.
- 7 a 11 años: es usual que tengan que utilizar el internet para temas escolares, por lo que empieza a ser difícil supervisar y saber a qué contenido acceden. A estas alturas ya deberían haber tenido conversaciones acerca de un uso apropiado del internet: de la existencia de potenciales ciberestafas, no compartir información personal y saber identificar contenidos inadecuados.
- 11 a 16 años: su pasión por la comunicación e independencia es imbatible. Es casi imposible intentar poner límites. Pero si desde pequeños fueron introducidos y educados en el tema, los padres han acompañado el proceso y han sido abiertos acerca de las amenazas, el adolescente ya debería saber defenderse y evitar por sí solo los riesgos del internet.