Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de Unicef, publicó una declaración acerca de lo perjudicial que sería para los niños de todas partes del mundo tener otro año más sin clases presenciales. Además, entregó consejos para enfrentar de mejor manera el retorno a la escuela.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), agencia que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y provee ayuda humanitaria a niños y madres en países en desarrollo, entregó información con respecto a la esperada vuelta a clases presenciales y el efecto positivo que podría tener en los menores.
Por qué deben volver a la escuela
La Directora Ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, explica que para este 2021, segundo año de pandemia por Covid-19, mantener las escuelas abiertas o crear planes de reapertura de ellas debe ser un esfuerzo prioritario y constante.
Henrietta Fore manifiesta que existen pruebas contundentes acerca de los efectos negativos del cierre de las escuelas en los niños, y que las escuelas no son una causa o agravante de la pandemia. Sin embargo, muchas escuelas se mantienen cerradas desde hace casi un año.
Expone una estadística significativa: el 90% de los estudiantes de todo el mundo fue afectado por el cierre de las escuelas, y ⅓ de los niños en edad escolar no pudo acceder a la educación a distancia. “El precio del cierre de las escuelas ha sido devastador”, dice Fore.
Otro de los efectos graves del cierre de las escuelas es que la capacidad de los niños de leer, escribir y realizar operaciones matemáticas básicas, se ha deteriorado. Y, lamentablemente, los niños más vulnerables sufren las peores consecuencias, pues su salud, desarrollo y seguridad están en peligro.
En este sentido, los niños que viven en condiciones más vulnerables en distintas partes del mundo, han empeorado su nutrición debido a la ausencia de las comidas escolares. Además, a falta de la interacción diaria con sus compañeros, están perdiendo su forma física y están manifestando trastornos mentales, explica la Directora de Unicef.
Sumado a lo anterior, para muchos niños la escuela tiene la función de red de seguridad. Al no disponer de esta durante estos tiempos de pandemia y cierre de los establecimientos, hay niños que están más expuestos al abuso, matrimonio infantil y trabajo infantil.
“Por estos motivos, cerrar las escuelas debe ser una medida de último recurso”, establece Fore. Evaluar el riesgo de transmisión a nivel local debería ser un factor determinante en la decisión, y se debe intentar evitar el cierre a nivel nacional.
La experta indica que en aquellas situaciones que el cierre de las escuelas sea inevitable, deberán establecerse medidas de salvaguardia: garantizar que aquellos niños con riesgo de violencia en sus hogares, quienes su alimentación dependa de los menús escolares y cuyos padres no estén en casa por ser trabajadores esenciales, tengan la posibilidad de continuar su educación en la escuela.
Una vez las medidas comienzan a suprimir las restricciones locales, las escuelas deben ser de los primeros centros en reabrir y las clases de recuperación deben tener prioridad, para que aquellos niños que no pudieron estudiar a distancia no se atrasen.
“Si los niños tienen que afrontar otro año sin escuela, los efectos seguirán haciendo estragos en las próximas generaciones”, concluye la Directora Ejecutiva de Unicef.
Consejos para la vuelta a la escuela
Hasta ahora, el retorno a la escuela presencial en Chile estaría programado para marzo en la mayoría de las escuelas. Es un reto para todos: alumnos, profesores, directivos y padres, el cual no será nada fácil y requerirá flexibilidad y creatividad.
Para ayudar a los agentes involucrados a enfrentar este desafío, la Unicef, Educación 2020, América Solidaria, junto a otras organizaciones y actores de la educación, desarrollaron un decálogo de recomendaciones para un mejor año escolar.
Los 10 consejos para autoridades y sostenedores son:
- Ofrecer un sistema de clases híbridas (presencial/virtual).
- Garantizar acceso de todos los escolares a un dispositivo e internet.
- Recursos para adaptar las escuelas.
- Informar decisiones de forma clara.
- Apoyar el bienestar psicológico.
- Usar espacios al aire libre de las escuelas.
- Planificar el transporte para evitar contagios.
- Generar más actividades extraprogramáticas.
- Tomar decisiones de manera participativa.
- Monitorear el bienestar general.