El llanto es la principal herramienta comunicativa que tiene un bebé, y es distinto al lenguaje hablado que usamos los adultos. Las opciones son variadas: hambre, sueño, dolor, maña, etc. ¿Cómo descifrarlo? Hay ciertos aspectos comunes que te pueden ayudar.
Es muy importante que los padres y/o cuidadores aprendan a escuchar y entender el llanto del hijo, lo que supone un desafío gigante. Después de unos meses, o quizás años, ya conocerás a tu hijo lo suficiente como para saber qué necesita. Sin embargo, cuando llegas a casa con un recién nacido, entenderlo puede ser complicado.
Su propio lenguaje
Aunque no lo creas, diferentes estudios han establecido que los bebés emiten sonidos similares para transmitir una determinada necesidad. Si sus sonidos te parecen como si fueran chino, no te preocupes ya que expertos han realizado el trabajo de interpretar y traducir el lenguaje de bebé por ti.
Al principio no es fácil diferenciar estos sonidos, pero al ir observando cada llanto e ir probando las distintas opciones que pueden calmarlo (intentar hacerlo dormir u ofrecerle alimento) irás aprendiendo a entenderlo.
Cada bebé es diferente y tiene distintas reacciones. Los tonos de cada uno y el nivel de dramatismo también puede ser distinto en cada bebé. Sin embargo, se pueden clasificar gamas de sonidos distintos que permiten reconocer cada necesidad de inmediato.
Los llantos pueden variar en intensidad, volumen e intermitencia. El llanto inconsolable del hambre no se detendrá hasta que reciba lo que reclama. Después de unos meses, el bebé llorará un poco antes de la hora programada para comer.
El llanto que tiene que ver con el dolor o molestia suele estar acompañado de gritos y son agudos y repentinos. A menudo los dolores se deben a los cólicos de lactancia, por lo que se debe masajear la barriga y/o espalda.
No hay que olvidar el llanto de necesidad de mimos: a veces el bebé llora cuando se siente solo. Quiere que lo tomes en tus brazos, y al hacer eso se calmará de inmediato.
Se debe entender que a veces el alegato de tu bebé se debe a múltiples razones, o simplemente porque se “levantó con la pata izquierda”. Puede que haya comenzado a llorar porque se siente sucio, y que al cambiarle el pañal siga llorando porque ahora tiene frío, y así sucesivamente… No te desesperes, dale tiempo.
Posibles interpretaciones
Según variados estudios, existen distintos tipos de llantos del bebé:
- Llanto persistente: suele significar que el bebé tiene hambre.
- Llanto desconsolado: puede tener frío o calor.
- Llanto nervioso: suele tener sueño y le cuesta conciliarlo.
- Llanto agudo y continuo: se siente incómodo, quizás tiene el pañal sucio.
- Llanto como un grito: tiene malestar, no se encuentra bien.
- Llanto intenso: podría padecer de cólicos.
- Llanto acompañado de hipo: está enfadado por algo, puede ser maña.
Aparte del tipo o intensidad de llanto, esto suene estar acompañado con ciertos sonidos o tonos que también se pueden interpretar:
- “Neh”: hambre. El sonido tiene este tono ya que imita el acto reflejo de succionar el pecho. La punta de la lengua del infante se apoya en su paladar. Puede venir acompañado de ciertos gestos como meterse su puño a la boca o girar la cabeza hacia los lados. El lamento tiene tono de súplica.
- “Owh”: sueño. El sonido surge por el reflejo de bostezar. Su boca tendría la forma ovalada. Podría venir acompañado de gestos como frotarse los ojos o arquear la espalda.
- “Eairh”: gases. Es un sonido que surge desde su bajo vientre. Si notas que está tenso prueba intentando sacar sus gases con ligeros golpecitos en la espalda.
- “Heh”: incomodidad, pañal sucio. El sonido tiene una exhalación de la “h” como un jadeo. Puede ser que le pique la ropa, que tenga frío o calor, o que necesite un cambio de pañal.
Atención especial
Si el llanto de tu bebé es entre tomas, debes observar con atención pues puede que signifique algo específico. Es normal que lloren cuando tomen pecho, ya sea porque necesitan ayuda para expulsar gases y eructar, o porque quedaron con hambre.
Sin embargo, si esto sucede muy a menudo y no se soluciona sacando los chanchitos, puede deberse a otras razones como las siguientes:
- Alergia alimentaria: puede ser alérgico a algún alimento que consume la madre y que recibe a través de la leche materna. Quizás es alérgico a la proteína de la leche de vaca. Si tienes sospechas acude al doctor cuanto antes.
- Reflujo gastroesofágico: si tu hijo se arquea hacia atrás durante las tomas y se larga a llorar, puede tener esta enfermedad digestiva que irrita el revestimiento del esófago. Debes consultar a un especialista.
Aprender a calmarse solo
Es muy importante alentar al niño a que aprenda a calmarse solo, cuando llegue el minuto adecuado. El chupete es una de las técnicas a la que se puede recurrir, en vez de tomar en brazos al bebé cada vez que llora. Otra es darle un peluche, un tuto o cantarle, por ejemplo.
Aprender este tipo de conductas que lo ayude a tranquilizarse indica que ha desarrollado recursos internos que lo ayudarán para siempre. Es importante darse el tiempo de enseñar a que puedan controlar su llanto y a no complacer cada maña.
Muchas veces el llanto se relaciona con cambios en la vida de un niño, con una circunstancia general más que una necesidad específica y que puede ser difícil de comprender por parte de los padres. Más que un llanto constante, es una actitud de maña, cambio de ánimo, mayor necesidad de mimos, etc. Para este tipo de demostración de tristeza se debería buscar una razón más profunda y analizar qué cambios ambientales pueden estar produciendo todo esto en el bebé.
También, expertos explican que es importante que los niños experimenten la frustración: es necesario que pasen por esta fase para que adquieran la percepción de lo que significa tranquilizarse solo y adquirir habilidades para toda su vida.