Muchos son los mitos y desinformación acerca de cómo afecta el Coronavirus a niños y bebés. Para tu bienestar y el de tu familia, recopilamos información oficial acerca del tema y dudas que podrían surgir si eres madre o estás embarazada.
El Coronavirus que estamos presenciando en la actualidad surgió en diciembre del 2019 y fue notificado por primera vez en China. Hay una paleta de maneras en las que el virus puede afectar en las personas: puede infectar pero no manifestarse; expresarse como un resfriado común; o escalar a una enfermedad respiratoria grave, incluso con consecuencias mortales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para protegerse del COVID-19 se recomienda lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón para matar el virus si es que hubo contacto, cubrirse la boca y nariz con el codo o pañuelo al estornudar para evitar la propagación de gérmenes y mantener distanciamiento de al menos 1 metro con todas las personas con las que tenga contacto para evitar inhalar el virus.
COVID-19 en bebés y niños
Las autoridades sanitarias han confirmado que cualquier persona puede infectarse, independiente de su edad, etnia, género, etc. Sin embargo, hasta el momento se han registrado relativamente pocos casos de Coronavirus entre el grupo de 10 a 19 años. La mayoría de las víctimas mortales han sido personas de edad avanzada que ya padecían una enfermedad.
Efectivamente, los síntomas en los niños son más leves (según los pacientes pediátricos estudiados en China). La razón se explicaría en que los niños tienen menos receptores de ECA que los adultos. Estos receptores son aquellos que están en las células que regulan la presión arterial, principalmente en los pulmones y ayudan a que la presión arterial del cuerpo de mantenga normal. En el caso del Coronavirus, éste se adhiere a estos receptores y una vez dentro, el virus produce más copias suyas. Debido a que los niños tienen menos de estos receptores ECA, tienen también menos posibilidades de tener complicaciones por este virus.
Esto no quiere decir que los niños no puedan infectarse, si no que son más propensos a ser asintomáticos, es decir, que tienen el virus pero no lo manifiestan. Esto es lo que las estadísticas han expresado con respecto a los niños: la enfermedad no parece afectarles del mismo modo y tienen menos probabilidades de caer gravemente enfermos.
En los pasados brotes de otros Coronavirus como el SARS y MERS se observó un fenómeno similar: ambas enfermedades respiratorias no afectaron del mismo modo a los más jóvenes.
En cuanto a los bebés, se podría pensar que son parte de la población de riesgo debido a su sistema inmunitario poco desarrollado, el cual no ha tenido tiempo de dar respuesta a un amplio abanico de patógenos. Sin embargo, los casos de COVID-19 en bebés han sido poco habituales.
Si tu hijo tiene fiebre y tos, busca asistencia médica, pues no está exento de infectarse con Coronavirus ni de generar complicaciones respiratorias. Asegúrate de que tenga todas su vacunas al día, mantengan buenas prácticas de higiene todos quienes viven en tu casa y evitar ir a lugares públicos.
COVID-19 en embarazadas y en lactantes
Una duda común es acerca de la capacidad de contagio y riesgo que tiene una embarazada y su bebé en el útero. Las mujeres embarazadas no tienen un mayor riesgo de infectarse con el nuevo coronavirus.
Hasta ahora, no hay evidencia de infección intrauterina por transmisión de madre a hijo por la sangre o placenta en mujeres con COVID-19.
En cuanto a la transmisión a través de la leche materna, tampoco existe evidencia de contagio. Sin embargo, la principal preocupación es la transmisión del virus a través de la respiración de la madre (si está contagiada), debido a la cercanía física que se produce al amamantar.
La recomendación de las autoridades es seguir amamantando siempre y cuando se tomen todas las precauciones necesarias (madre e hijo en cuarentena, usar mascarilla, lavarse las manos, etc.). La lactancia materna otorga muchos beneficios como el potencial paso de anticuerpos madre-hijo frente a la enfermedad, por lo que no debe interrumpirse si no es necesario.
Si la madre está muy enferma, es recomendable que se extraiga la leche para dársela al bebé en una mamadera, siguiendo en todo momento las mismas medidas de prevención de infección.
Si estás embarazada o en etapa de lactancia materna, debes seguir tomando las precauciones adecuadas para protegerte de la exposición al virus y buscar asistencia médica si comienzas a presentar síntomas.
Herramientas para manejar el estrés de los niños
Esta situación puede ser estresante y gatillar enfermedades mentales a todos debido a la inestabilidad e incertidumbre con respecto al presente y futuro, principalmente en tema de salud y bienestar de nuestros seres queridos.
En el caso de los niños, puede que respondan al estrés mostrándose más dependientes, preocupados y enfadados, encerrándose en sí mismos o mojando la cama. Ante esto, el adulto debe mostrarse comprensivo ante sus reacciones, escuchar sus preocupaciones y ofrecerles contención y atención.
Cuando se pueda, organiza momentos de juego y relajación con el niño. Mantén rutinas y horarios habituales si es posible, o crea una nueva rutina que les acomode a todos y potencie el bienestar del niño. Mantén las actividades de aprendizaje si es posible, sin exceder ni estresar más de la cuenta.
Intenta explicar la situación actual, explicando que es algo temporal y entrega información clara acerca de cómo reducir los riesgos y protegernos.