Ser mamá es tremendamente demandante, e implica perder nuestra independencia y muchas veces ceder nuestro tiempo y espacio. Esto puede ser abrumador, pero Consuelo Cruzat, asesora de lactancia y psicóloga infanto juvenil, nos entrega otra forma de mirar este panorama que muchas veces vemos gris.
«Me demanda todo el día, no me deja hacer nada. Pero resulta que, sin darte mucha cuenta, estás haciendo TODO.
Estas dándole seguridad.
Lo estás alimentando.
Le estás dando calor, corazón y contacto.
Estás satisfaciendo su sed de ti.
Le estás mostrando que el mundo es un lugar seguro.
Le estás diciendo a esa pequeña autoestima que es un ser que merece ser amado, visto, escuchado y contenido.
Le estás mostrando que estás cuando lo necesita y para lo que necesite.
Le estás dando salud física y emocional.
Le estás secando sus lágrimas.
Le estás desarrollando su creatividad.
Lo estás queriendo con cada célula de tu cuerpo, tanto tanto que te llegas a desgastar, y terminas creyendo que en tu día no estás haciendo NADA…
…cuando en realidad, lo estás haciendo TODO.
Esta frase la he dicho muchas veces ahora último. Mi hija está dejando su última siesta, y esa horita que tenía para mí, ¡desapareció! Y aunque parezca poco, ha sido una diferencia impactante en nuestra rutina, en mi energía, y en mi paciencia. Y me he escuchado muchas veces diciendo que no tengo tiempo para nada.
Parando un poquito y viéndolo de esta otra vereda, creo que me ha sido más fácil llevarlo. No solo hoy a sus 3 años sin siesta, si no que desde sus inicios mismos, cuando tomaba papa todo el día, cuando éramos «esclavos» de sus demandas de brazos, cuando vivíamos para cumplir los horarios de las siestas, cuando no tenía ni tiempo para ducharme o tomar desayuno.
Decirme a mi misma esto, me ayuda a tomar conciencia del valor de lo que implica: NO hacer «NADA», para darles TODO”.
Consuelo Cruzat
Asesora de Lactancia
Psicóloga Infanto Juvenil
Instagram: @con_su_lactancia