“Me fui a vivir a otro país con un bebé de menos de 1 año”

Nov 24, 2021

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Ángela y Martín tuvieron a su primer hijo, Samuel, el 24 de noviembre de 2020. Cuando Samuel tenía 9 meses decidieron tirarse a la piscina e irse a vivir a España. Las redes de apoyo que tenían en el día a día santiaguino desaparecieron. Ángela nos cuenta cómo ha sido este cambio y qué la ha ayudado a ambientarse a esta nueva vida.

Martín, mi marido, estuvo casi un año preparando pruebas y entrevistas para irse a estudiar afuera. A mi siempre me entusiasmó mucho la idea, pero cuando nació Samuel también me empezó a dar un poco de miedo. Soy muy apegada a mi familia y en los primeros meses de Samuel, sobre todo con la pandemia, fue clave tener a mi familia muy cerca. Cualquier cosa que necesitara siempre estaban ahí para ayudarnos.

Finalmente Martín quedó en una universidad en Madrid. Ese primer día de la noticia tenía muchos sentimientos encontrados. Tenía muchas ganas de esta aventura, pero me daba un poco de miedo irme con Samuel tan chico y estar sola allá. Pero no había opción, teníamos que tirarnos a la piscina con todo y  esperar que fuera una buena experiencia.

Preparar un viaje con una guagua de 9 meses no fue fácil, menos con las restricciones para viajar que ponía el COVID. Tuvimos que cambiar los pasajes como 4 veces porque mi visa no llegaba, por ejemplo.

La llegada a España fue increíble, tuvimos un veranito de san juán porque nos tomamos 2 semanas de vacaciones antes de que Martín empezara las clases. Aprovechamos de tener nuestras primeras vacaciones familiares y de ir a ver a algunos amigos que viven acá.

Pero el aterrizaje en nuestra nueva casa fue un poco duro. No tener redes de apoyo aquí ha sido más duro de lo que pensé. Siento que volví a la etapa cuando Samuel nació, ese tiempo donde dependen 24/7 de una y ni al baño se puede ir sola. Además a Martín le cambian el horario de clases todas las semanas entonces no nos podemos organizar para que, por ejemplo, él esté a cargo de Samuel ciertas horas y yo poder hacer mis cosas. En ese sentido ha sido agotador.

Algo que sí me ha ayudado muchísimo es el deporte. Yo siempre he sido mala para hacer deporte, me cuesta motivarme y me aburro fácil. Pero aquí me he propuesto moverme aunque sea media hora todos los días, y es algo que sí puedo hacer con Samuel. Lo saco en el coche, me acompaña al gimnasio y se queda al lado mío, o hago rutinas de ejercicio en la casa.

Lo otro que ha sido fundamental es no perder el contacto con mi familia en Chile. Hablamos literalmente todos los días por videollamada y aunque estén lejos me hacen sentir acompañada. Creo que esa es la clave para que no se me haga tan duro el cambio.

Ahora Samuel está empezando a gatear y no lo puedo dejar ningún minuto solo, es un nuevo desafío. Pero viendo en perspectiva los meses que llevo, tengo toda la fe de que cada vez va a ir siendo menos duro. Soy muy consciente de que tengo que buscar espacios para mi y preocuparme de mantener esas pequeñas cosas que me hacen bien como el deporte y hablar constantemente con mi familia.

Se podría pensar que venir a vivir a Europa es el sueño de todo el mundo, y en parte lo es, me siento tremendamente privilegiada, pero también es duro y no hay que dejar de lado nuestro autocuidado como mamás.

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