La leche materna es incomparable
Muchos creen que la “fórmula” es prácticamente lo mismo que la leche materna, pero eso está muy lejos de ser verdad.
Los bebés alimentados con fórmula son más enfermizos y tienen mayor probabilidad de morir durante la infancia o niñez. En comparación con un bebé que ha recibido leche materna exclusivamente, uno alimentando con fórmula tiene el doble de riesgo de muerte infantil y cuatro veces más riesgo de sufrir el Síndrome de Muerte Infantil Súbita (SMIS).
De acuerdo a un estudio en el que se analizaron los patrones de hospitalización en una población homogénea norteamericana de clase media, los infantes alimentados con leche artificial tienen 14 veces más probabilidades ser hospitalizados que aquellos alimentados con leche materna. Otro detallado estudio estadístico muestra que, alimentando exclusivamente con leche materna, 9.000 vidas se podrían salvar cada año en Estados Unidos.
Como sociedad debemos asumir que la alimentación con leche materna es la norma y entender que la fórmula es una alternativa artificial e inferior. La fórm
ula es estática, frecuentemente mal tolerada, y no contiene glóbulos blancos y anticuerpos para combatir enfermedades como lo hace la leche materna. Además, la leche materna es especie-específica para humanos y cambia de acuerdo a las necesidades del infante.
Por ejemplo, si el bebé nace prematuro los pechos producen una leche de composición diferente. De hecho, en el caso de los bebés prematuros la leche materna puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por otra parte, la primera leche del recién nacido, llamada calostro, es en muchas formas diferente a la leche madura. Ésta contiene más anticuerpos y actúa como laxante para limpiar los intestinos del recién nacido y eliminar los desechos acumulados durante su vida en el útero.
Adicionalmente, una investigación publicada en 2010 encontró diferencias en la leche materna para niños hombres respecto de la leche para niñas mujeres. La leche producida para niños tiene mayor contenido graso y proteico. ¡La ciencia simplemente no puede duplicar esta maravillosa sustancia!
Proteínas
La proteína en la leche maternal es mayormente suero, el cual es más fácil de digerir que la caseína (principal proteína en la leche de vaca, utilizada para hacer fórmula). Además, la proteína en la leche materna tiene una mayor cantidad de taurina, amino ácido importante para el desarrollo del cerebro y de los ojos.
Grasas
Las grasas en la leche maternal son prácticamente auto-digestivas gracias a que la leche materna también contiene la enzima lipasa, la cual descompone la grasa. La grasa es la principal fuente de calorías para los bebés – ¡y ellos necesitan muchas calorías para crecer! La grasa de la leche humana también tiene grandes cantidades de ácidos grasos omega-3, los que son importantes para el desarrollo del cerebro (partiendo de la base que la madre consume esas buenas grasa omega-3 en su dieta normal).
Vitaminas y minerales
Las vitaminas y los minerales en la leche maternal son biodisponibles, lo que significa que se absorben bien. La leche materna contiene sustancias que potencian la absorción de minerales y vitaminas.
DNA
Se ha demostrado que la leche maternal afecta la expresión genética del infante. La leche materna y la fórmula tienen distinto efecto en al menos 146 genes, donde la mayoría de los genes potenciados por la leche materna promueven un rápido desarrollo del intestino y del sistema inmunológico. Por ejemplo, algunos genes positivamente afectados por la leche materna protegen contra el Síndrome de Intestino Permeable.
Potenciadores inmunológicos
En cada alimentación la madre traspasa millones de glóbulos blancos a su bebé, para así ayudarlo a combatir todo tipo de enfermedades. ¡No encontrarás este tipo de células vivas en la fórmula! Además, cuando la madre se expone a un germen, ella crea anticuerpos que son transmitidos al bebé por medio de su leche. La leche materna también contiene factores que previenen la adherencia de microbios y una larga lista de otros factores antivirales, antibacterianos y antiparásitos.
“Aún más sorprendente es que si un bebé contrae una enfermedad a la cual la madre no ha estado previamente expuesta, él transferirá este organismo a través de la saliva al pecho, donde se producen los anticuerpos que luego son enviados de vuelta al bebé por medio de la leche. Las madres que dejan de amamantar al bebé durante el primer año, o incluso durante el segundo y tercero, frecuentemente notan que sus niños se enferman más que antes o que lo hacen por primera vez.” – Lisa Marasco and Jan Barger en Examining the Evidence for Cue feeding of Breastfed Infants.
Hormonas y enzimas
La leche materna tiene una gran cantidad de enzimas digestivas y hormonas. Todas estas contribuyen al bienestar del bebé, así como cada año, los científicos encuentran más sustancias de valor en la leche materna. La ciencia está recién empezando a entender todo aquello que la leche materna ofrece al crecimiento y al desarrollo del bebé.
La leche materna hace bebés saludables
La leche materna incide directamente en una mejor salud para tu bebé. Texto original de Maria Miller para 007b.com, adaptado al español con autorización del autor.
Prevención de la obesidad. Los bebés alimentados con fórmula son más propensos a ser obesos en la adolescencia, así como largos períodos de alimentación con leche materna reducen significativamente el riesgo de sobrepeso en la adultez.
Sin embargo, hay una advertencia a considerar. Un estudio demostró que una mamá lactante que come muchas grasas trans aumenta significativamente la probabilidad de que sus bebés tengan altos niveles de grasa corporal, así como ellas mismas son más propensas a ganar grasa corporal en exceso. ¡Seguro que no quieres seguir ese camino! En cambio, intenta aumentar la cantidad de grasas omega-3 en tu dieta – ¡eso puede aumentar la inteligencia de tu bebé!
Dentadura saludable. Los bebés alimentados con fórmula tienen un peor alineamiento de la mandíbula y son más propensos a necesitar trabajo de ortodoncia cuando sean mayores. Esto se debe, probablemente, a que la acción de mamar durante la lactancia mejora el desarrollo de músculos faciales y la forma del paladar.
Ojos y oídos más sanos. Los bebés alimentados con formula tienen peor visión y sufren más infecciones del oído que aquellos alimentados con leche materna.
Salud en general. Los infantes y niños alimentados con fórmula sufren de infecciones respiratorias, dificultades para respirar, neumonía e influenza con mayor frecuencia y severidad. También tienen más diarrea, infecciones gastrointestinales y constipación.
Salud a futuro. Los bebés alimentados con fórmula tienen un mayor riesgo de problemas al corazón, diabetes juvenil, esclerosis múltiple, asma y alergias. La leche materna también puede jugar un rol en la prevención de enfermedades digestivas, tales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, así como cáncer infantil. Si le das a tu hijo el alimento que la naturaleza ha dispuesto especialmente para él, su cuerpo será más saludable en todo aspecto.
Leche materna e inteligencia
Estudios en la relación de la leche maternal y la inteligencia muestran que ésta tiene un impacto positivo en el coeficiente intelectual del bebé. Texto original de Maria Miller para 007b.com, adaptado al español con autorización del autor.
En un estudio realizado a más de 3.000 hombres y mujeres jóvenes de Copenhague, Dinamarca, se encontró que los infantes alimentados con leche materna por nueve meses crecieron para ser significativamente más inteligentes que aquellos que recibieron leche materna por un mes o menos. Este estudio tomó en cuenta 13 factores relacionados a la salud, el bienestar y la conducta de la madre al analizar las diferencias entre los puntajes de adultos más o menos alimentados con leche materna. La diferencia en CI se mantuvo luego de incorporar estos factores al cálculo.
Otro estudio publicado el 2007 mostró una muy interesante relación entre a leche materna y la inteligencia: el efecto de la leche materna en la inteligencia del niño depende de un determinado gen. En un 90% de los niños, este gen actúa de manera que la leche materna afecta su inteligencia, probablemente influyendo en el metabolismo de ácidos grasos, o la forma en que el cuerpo procesa los ácidos grasos. Para el 10% restante, la alimentación con leche materna no tiene efecto en la inteligencia.
Este importante descubrimiento arroga algo de luz sobre estudios previos que habían tenido resultados mixtos: habría otro factor correspondiente al material genético del niño creando confusión. Sin embargo, esto comprueba la ventaja intelectual que la leche materna puede representar para un 90% de los niños. (Y, por supuesto, incluso el otro 10% se beneficia en otras formas de la leche materna.)
En un estudio de 2007, realizado en la Universidad de Bristol, los investigadores concluyeron que los niños alimentados con leche materna tienen mayores posibilidades de subir en la escala social. Los investigadores afirmaron que la razón de esto posiblemente radica en que la leche materna brinda mayor salud, estatura y CI.
La leche materna contiene varias sustancias que ayudan al cerebro del bebé y que pueden aumentar su CI por sobre el de aquellos que no reciben leche materna.
Contiene ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido graso omega-3 de importancia para el cerebro. Los niveles de este ácido graso en la leche materna dependen del consumo de alimentos ricos en omega3 por parte de la madre, tales como pescados y lino. Los niveles de DHA son más altos en bebés alimentados con leche materna por mayor tiempo.
La leche maternal tiene colesterol, el cual es necesario para producir tejidos nerviosos en el cerebro en crecimiento.
La leche maternal es rica en lactosa, la cual en el cuerpo se descompone en glucosa y galactosa, siendo la galactosa un nutriente valioso para el desarrollo de tejidos cerebrales. Mediante estudios con animales, se sabe que las especies de mamíferos más inteligentes tienen mayores cantidades de lactosa en su leche. La leche de vaca contiene lactosa, pero no tanta como la leche humana. La fórmula en base a soya y otras libres de lactosa, obviamente no contienen lactosa en lo absoluto.
La taurina, un amino ácido encontrado en la leche materna, es importante para el desarrollo del cerebro. Este amino ácido es bajo en la leche de vaca.
El amamantamiento en sí mismo también beneficia el desarrollo cerebral del niño porque varía más que la experiencia de alimentación con botella, y porque ofrece mayor contacto piel-a-piel. Tal vez pienses que conoces alguien que fue alimentado con leche maternal y terminó siendo menos inteligente que otro que no probó la leche materna. Sin duda eso es cierto en casos particulares, porque son muchos los factores que influyen en la inteligencia de cada persona – no sólo la leche materna. La genética, cómo es criado el niño y la nutrición después de la infancia también juegan un rol importante. La duración de la lactancia también importa; hacerlo por algunos meses puede no hacer tanta diferencia como si se amamantara hasta que el niño decida destetarse por sí mismo. Así que la leche materna por sí misma no garantiza que tu hijo vaya a ser un tipo de Einstein, pero ésta tiene su efecto.
También hay estudios que no han encontrado ninguna relación entre la leche materna y el CI, los que suelen recibir gran atención en los medios cuando son revelados. Sin embargo, muchos de estos estudios tienen fallas severas en su diseño: por ejemplo, algunos definen la alimentación con leche materna como haberla recibido alguna vez – si el niño recibe un sorbo de leche materna y el resto es fórmula, entonces pertenece al grupo de los alimentados con leche materna. Tal definición automáticamente lleva a resultados equívocos.
Otro factor a considerar es que la cantidad de ácido docosahexaenoico (DHA) en la leche materna varía en función de la dieta de la madre. Podríamos suponer que estudios realizados con mujeres que no comen mucho pescado o toman aceite de pescado (una buena parte de la población) no revelarían una gran diferencia en CI comparado con bebés alimentados con fórmula. Pero nuevos estudios aparecen cada año y así se aclara la película con el paso del tiempo.
* Texto original de Maria Miller para 007b.com y adaptado con autorización explícita del autor.
Fuentes: UNICEF, Academy of Breastfeeding Medicine, Ask Dr. Sears, IBFAN Asia Pacific / Breastfeeding Promotion Network of India (BPNI), Washington Post, The Complete Book of Breastfeeding, BMJ Journals, Proc Natl Acad Sci U S A, Institute of Preventive Medicine Kommunehospitalet Denmark, ABC, Baby Reference, BBC News, The Lancet, Live Science, Eur J Clin Nutr., Wiley Online Library, 007b.