Todos los niños tienen momentos de hiperactividad y descontrol, lo cual es absolutamente normal. Sin embargo, para algunos niños es más que un problema ocasional o dificultad para concentrarse en clases: se puede tratar del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Aquí algunas pistas para identificarlo y recomendaciones para los padres.
El Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta a personas que tienen problemas de comportamiento frecuentes y graves, tanto que interfieren con su día a día.
Los niños con este trastorno tienen dificultades para concentrarse al momento de realizar tareas sencillas. Es importante acudir a un especialista si crees que tu hijo puede tener este trastorno, y aprender sobre el tema para que les puedas ayudar a solventar su dificultad.
Qué es el TDAH
El Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad o TDAH se trata de un síndrome conductual que afecta al comportamiento de la persona. Se caracteriza por una distracción de nivel moderado o grave, y puede incluir conductas impulsivas e inestabilidad emocional.
Este trastorno afecta el desarrollo neurológico y es diagnosticado mayormente en niños. Se empieza a manifestar en edad temprana y puede persistir hasta la adultez. Puede traer consecuencias negativas en las áreas funcionales del afectado.
Es una condición que hace que sea muy difícil para los niños concentrarse en algunas tareas, prestar atención por un tiempo extendido, quedarse quietos y controlar la impulsividad.
Algunos niños presentan principalmente comportamientos de falta de atención, mientras que otros son mayoritariamente hiperactivos e impulsivos. La mayoría de los niños diagnosticados con TDAH presentan una combinación de ambos.
Es muy común que esta enfermedad le traiga problemas en el jardín o escuela debido a la dificultad de concentrarse y quedarse sentado por un rato largo. Además, su naturaleza impulsiva y dificultad para controlar su comportamiento suele causar problemas sociales y exponerlos a peligros físicos.
Existe tratamiento eficaz para los niños con TDAH. Además, como padres se tiene un rol muy importante para ayudarles con su tratamiento y a que tengan una vida sana, estable y feliz.
Síntomas
¿Cómo diferenciar a un niño con arranques de energía normales, con un niño con TDAH? Primero que todo, es importante la observación y diagnóstico por parte de un especialista. El médico será el que podrá evaluar los síntomas y el tratamiento del trastorno, si lo tiene.
Existen algunas conductas y comportamientos que pueden llevar a sospechar que un niño padece de TDAH:
- “En otro mundo”: suelen perder el rumbo de lo que estaban haciendo o deberían hacer. Pareciera como si estuvieran ausentes durante largos periodos de tiempo, no escuchando ni comprendiendo lo que alguien les está diciendo.
- Pierden detalles esenciales de la información obtenida: reciben la información y la procesan de forma desordenada. Su memoria es vaga y dispersa.
- Procesamiento lento: no parecen comprender al completo lo que se les dice, o tardan en hacerlo. Generalmente no logran responder frente a una situación de presión, no reaccionan de inmediato.
- Repetición oral: es común que los niños con TDAH repitan en voz alta cada vez que reciben una instrucción.
- Poco activos: suelen ser un poco lentos y sin moverse en exceso. No tienen problemas en dedicarse un largo rato a sus actividades favoritas con mucha tranquilidad.
- Dificultad social y escolar: pueden ser poco aceptados por sus pares. Además, presentan más problemas en comprensión oral y de aprendizaje.
No todos los niños con TDAH tienen todos los síntomas.
Recomendaciones para los padres
Hay algunos factores que pueden alterar fácilmente el comportamiento y los patrones de sueño de los menores con TDAH. Algunos de estos son el exceso de pantalla, una falta de rutina y horarios, el encierro en casa, falta de actividad física, entre otros.
Teniendo en cuenta lo anterior, algunas sugerencias para los padres de niños con TDAH son las siguientes:
- Mantener los horarios de alimentación, sueño, baño, etc. Organizar los hábitos y tener una rutina más o menos estable.
- Colaborar en las tareas del hogar puede ayudarles a adquirir autonomía y mejorar su capacidad de organización.
- Establecer tiempos de trabajo y tareas cortas, variando la temática, con descansos breves entre una y otra.
- El lugar de estudio debe estar libre de distracciones y ruidos.
- Se debe incentivar la actividad física al menos 3 veces por semana.
- Mantener una dieta alimentaria saludable y evitar el exceso de alimentos procesados ricos en azúcares.
- Entrega órdenes e indicaciones una a la vez. Estas deben ser concretas y acotadas a una tarea específica.
- Intenta disminuir al máximo su tiempo de exposición a pantallas.
- Refuerza positivamente sus logros de manera constante y fomenta lo bueno de tu hijo. Elimina las etiquetas.
- Compartan en familia, jueguen juntos y así aprenderá a seguir instrucciones y trabajar la tolerancia.
Si crees que tu hijo sufre de TDAH, consulta con un experto para diagnosticar y evaluar las opciones de tratamiento.