La etapa de lactancia es un período en el cual la madre alimenta al bebé y forma un vínculo hermoso e irremplazable. A veces las mujeres se enfrentan a miedos e inseguridades completamente infundadas las que pueden perjudicar el proceso. Para aclarar tus dudas, aquí listamos 11 mitos e información falsa que debes sacar de tu cabeza.
1. “Pechos pequeños, leche insuficiente”
Absolutamente falso: no tiene nada que ver la cantidad de leche con el tamaño de los pechos de la madre. El tamaño se define por la cantidad de grasa corporal, y el pecho suele producir la cantidad de leche que el niño necesita (oferta/demanda).
Si sientes que tu bebé se está quedando con hambre porque las tomas empiezan a ser más frecuentes o está llorando muy seguido, es normal: a veces los bebés quieren comer más, otras solo tienen sed en temporadas de calor, además puede deberse a brotes de crecimiento, entre muchas otras razones. No entres en pánico.
2. “Si tengo los pezones planos o invertidos no podré amamantar”
No necesariamente, pues los pezones cambian durante el embarazo y lactancia. Además hay ciertas cosas que la madre puede hacer para que el bebé se enganche bien a pesar de un pezón invertido, pues al succionar se abarca toda la areola, no solo el pezón.
3. “La alta o baja producción de leche es hereditaria”
La baja producción no se hereda de madre a hijas. No se ha evidenciado que la producción láctea se relacione con un asunto familiar, si no que tiene que ver con la frecuencia de las tomas, el agarre y la succión efectiva.
4. “Debo tomar mucha leche para aumentar mi producción”
Mmm… no funciona así. La cantidad de leche que consuma la madre no determina la producción de leche materna para el bebé. Ésta aumenta o disminuye en función al vaciado del pecho.
5. “Si estoy amamantando debo tener una dieta especial con alimentos restringidos”
Si bien es cierto que la alimentación puede influir en el sabor y color de la leche (como bebidas de fantasía, ajo, cebolla, etc.), el bebé se debe adecuar sin problema a una leche con distintos sabores. De hecho puede favorecer que se acostumbre a una alimentación variada y no sea mañoso cuando empiece a comer alimentos complementarios a la leche.
No obstante, cierta comida fuerte puede ser causante de gases y cólicos en los bebés. Además, es recomendable evitar sustancias que contengan cafeína inmediatamente antes de dar pecho. En cuanto al alcohol, la OMS recomienda que no se consuma durante la lactancia ni embarazo pues puede haber consecuencias negativas en el bebé.
6. “Dar leche a demanda a tu bebé puede dañar su estómago”
Dar leche a demanda significa que el bebé se alimente cuando quiera y el tiempo que quiera. Esto hace que su estómago se desarrolle de forma adecuada, no hay evidencia de que sea negativo para el bebé. De hecho, imponer horarios y cantidades que no le acomodan puede producir irritabilidad.
7. “Estar resfriada o tomar medicamentos es incompatible con amamantar”
No hay por qué dejar de dar pecho porque la madre esté enferma o tome remedios. La leche no va a estar comprometida. De hecho a través de ella le transferimos defensas al niño que lo protegen de infecciones. Idealmente lavarse constantemente las manos y amamantar con un pañuelo que tape tu boca y nariz puede evitar transmitir los gérmenes, pero la leche materna estará igual de bien que siempre.
En cuanto a medicamentos con receta, debes consultar a tu médico si hay alguno que consumas que pueda afectar a la lactancia.
8. “Debo dejar de dar pecho si es que me quedo embarazada”
No es obligación y no es dañino para tu embarazo. Siempre que el lactante quiera y el bebé en camino no tenga riesgos mayores, podrás seguir amamantando durante todo el embarazo, incluso cuando nazca el nuevo bebé (lactancia tándem).
9. “Debo dejar de dar pecho cuando mi bebé cumpla 6 meses”
Nada es exacto en la maternidad: cada bebé y madre tiene sus tiempos. La OMS recomienda empezar a dar alimentos complementarios a la leche materna después de los 6 meses, pero no necesariamente eliminarla por completo. Hasta el año lo recomendado es que el alimento principal sea la leche materna, y de a poco ir introduciendo otros alimentos.
10. “Si tuve cesárea no podré amamantar”
Falso: el tipo de parto no tiene nada que ver con la lactancia materna. La madre que ha parido por cesárea podrá amamantar normalmente a su bebé, pues la operación no interfiere con la bajada de la leche.
11. “Si tuve una cirugía en los pechos no podré amamantar”
Si la madre se colocó prótesis o se redujo los senos podrá amamantar sin problemas, a no ser que el médico lo indique.