Soy Pricila Astudillo (Instagram: @mama_de5_menos3), madre de 2 bellas niñas y 3 bellos ángeles que me acompañan desde el cielo. En abril del 2020 a mi hija menor Mila le detectaron atresia de vía biliar a sus 3 meses. Ahí empezó este camino de lucha que muchas madres vivimos, de hospitalización en hospitalización, tan difícil, tan indignante, en una realidad normalizada y, aún más difícil, en tiempos de COVID-19.
Es por eso que nace este proyecto de Ley de Acompañamiento Digno: tras pasar infinidades de malos ratos en un momento sumamente doloroso que es cuando uno tiene enfermo a un hijo, me di cuenta que las condiciones en las que se viven en Chile no son ni dignas ni empáticas.
Su experiencia con Mila
Esta realidad que se vive al tener a un hijo hospitalizado es tremendamente desgastante; tener que dormir en una silla días, semanas y hasta meses, sin relevo; tener que rogar por un baño o por una ducha; no poder comer o, peor aún, tener que dejarlo solo llorando y comer en 5 minutos porque sabes que nadie lo va a cuidar como tú.
Es impactante la carencia de necesidades básicas, sobre todo para cuidar y contener a tu hijo, pues los padres necesitamos estar bien y cuidarnos para cuidarlos.
Estuve en dos hospitales con mi hija entre cuatro hospitalizaciones, 4 meses en total, y seguiré estando, porque estamos a la espera de un trasplante.
Muchas veces me sacaban de la habitación cuando le sacaban sangre y me hacían esperar hasta 40 minutos afuera con mi bebé gritando adentro, y llena de pinchazos en manos, brazos y pies, a pesar de que cuando llevas a tu hijo a vacunar o realizarle exámenes de sangre te exigen acompañarlo.
El proyecto de ley
Marcela Sabat (senadora RN) me apoyó mucho en este tiempo. Ella nos escuchó a todas las mamás que luchamos día a día con un hijo enfermo y se levantó este proyecto de ley para que se garantice poder acompañar en todo momento a nuestros hijos.
El proyecto de acompañamiento busca garantizar un trato digno tanto para los niños y sus acompañantes, y que se garanticen sus necesidades básicas, como un lugar para dormir, un baño disponible y poder comer tranquilo, sea tanto en hospitales como en clínicas.
También pretende incluir el acompañamiento en tiempos de pandemia en partos y nacimiento por los padres, y si el bebé debe quedar hospitalizado, poder ser acompañado de su madre. Lamentablemente debido al Covid-19 existieron casos donde se les daba el alta solo a la mamá, sin embargo el bebé se quedaba en el hospital, con opción de verlo solo una vez a la semana por 1 hora.
La base se sostiene en fomentar el apego y los derechos del niño siempre, ante cualquier otra cosa. Nunca voy a olvidar cómo salí con mi corazón destrozado al tener que dejar hospitalizada a mi bebé de 3 meses en la UCI del hospital siendo lactante, escuchándola llorar por teléfono, volviendo sola a mi casa con los pechos llenos de leche: esta separación fue algo que ninguna mamá debería pasar.
El estar acompañado y contenido ayuda a una pronta recuperación y fortalece la seguridad y el desarrollo de un niño. De lo contrario, dejarlo llorar pidiendo por su mamá, especialmente si está enfermo, deja heridas y secuelas profundas que hasta hoy me encuentro trabajando con mi hija.
Se incluye la Ley Dominga
Aracelly Brito, luego de perder a su hija Dominga, comenzó a difundir el movimiento de Ley Dominga junto a la senadora Marcela Sabat. Se busca agregar al proyecto de Acompañamiento Digno un protocolo para mamás que pierden a un bebé en el embarazo o poco después del parto (muerte gestacional o perinatal).
Yo también perdí a mis trillizos y experimenté esta otra realidad que se vive en Chile: ser tratada sin empatía y minimizar el dolor porque tu bebé nació muerto, dejándome después de un legrado con las mamás con sus hijos, siendo que tu acabas de perder al tuyo… una tortura.
Es importante brindar apoyo sicológico a estas familias, para que no “queden en el aire” después de esta muerte, y entregar todo el apoyo e información del área de la salud, como también poder crear recuerdos, despedirte de tu hijo, tomar fotografías como en otros países donde esto es tan respetado.
Como dije anteriormente, son necesidades básicas que ya deberían existir: empatía y criterio por parte de los profesionales de la salud, y privilegiar los derechos de nuestros hijos primeramente ante todo.
Gracias a Marcela Sabat y Carolina Goic por escucharnos y ser parte de esto.