¿Sientes picazón, ardor, dolor o tu zona íntima huele mal? ¡Cuidado! puede tratarse de una infección vaginal. Una patología más común y generalizada de lo que crees, aunque sufrirla no deja de ser incómodo y riesgoso para tu salud cuando no se trata a tiempo.
La infección vaginal o vaginitis se produce cuando las bacterias que normalmente se cultivan en la vagina se propagan generando un desequilibrio. Estas bacterias invaden tu zona íntima ocasionando los molestos síntomas que te comentamos anteriormente.
Las infecciones vaginales pueden presentarse a cualquier edad, incluso en mujeres o adolescentes que no han iniciado su vida sexual. Por tal motivo, la edad, o el no llevar una vida sexual activa, no exime a ninguna mujer de padecerlas. Por ello, lo mejor será que te informes sobre los tipos de infecciones, cómo enfrentarlas y prevenirlas.
¿Qué tipos de infección vaginal existen?
Los tipos de vaginitis dependen de la bacteria o microorganismo que la genera. Las más comunes son:
Vaginitis por hongos o candidiasis. Causada por el hongo denominado “Candida albicans”, el cual se aloja comúnmente en el recto de muchas personas saludables (tanto en hombres como en mujeres). Esta infección se origina por alteraciones en la flora intestinal de cada persona o por contacto sexual.
Cuando este hongo prolifera de manera descontrolada en la mujer ocasiona la infección vaginal. Las razones más comunes por las que se desarrolla este tipo de infección son:
- Humedad excesiva en la zona íntima
- Tratamientos hormonales
- Ingesta de antibióticos
- Diabetes
- Uso de ropa ajustada
Reconocer una vaginitis por candidiasis puede no resultar complicado, debido a los síntomas tan definidos y evidentes de esta patología. Algunos de los que podrían alertarte sobre su presencia son:
- Flujo vaginal blanco, más espeso de lo normal y que no tiene olor particular
- Picazón en la vagina y zona vulvar
- Ganas de orinar con mayor frecuencia
- Dolor al orinar y durante las relaciones coitales
Vaginosis bacteriana. Se produce por la bacteria “Gardenerella vaginalis”, junto a otras del tipo anaeróbico (que se desarrollan y viven en ausencia de oxígeno). La multiplicación anormal de este organismo se debe a la alteración de la flora vaginal, situación que impide el desarrollo de las bacterias buenas que protegen a la vagina de los organismos maliciosos.
Este tipo de infección es más común en mujeres activas sexualmente. Los casos en mujeres menores de 15 años, o en aquellas que no han iniciado vida sexual, son raros.
Algunas de las principales razones por las que se hace presente esta bacteria, las tienes aquí:
- Ingesta continua de antibióticos
- Alteraciones hormonales
- Duchas vaginales
- Uso de jabones que no tienen PH neutro
- Cambio de pareja sexual constante
Reconocer esta infección puede ser complicado, considerando que generalmente su sintomatología puede no hacerse evidente sino hasta que el caso ya está muy evolucionado. Sin embargo, puede identificarse por:
- Flujo vaginal gris o blanco con olor desagradable que se hace más evidente luego de tener relaciones coitales
- Dolor y ardor en la vagina
Tricomoniasis. Esta infección se da por transmisión sexual, por el contagio del parásito llamado “Trichomonas vaginalis”. En los hombres se aloja en la uretra y en la mujeres usualmente afecta la vulva, la uretra y la vagina. Ahora, a pesar de que en el 70% de los casos no se presentan síntomas, el riesgo de contagio siempre es latente para la pareja sexual de la persona infectada.
Por ello, la principal causa de la tricomoniasis es sostener relaciones sexuales con diferentes parejas sin condón.Como te mencionamos, la mayoría de las veces los indicios de esta enfermedad no se manifiestan. Sin embargo, algunas de las señales de alerta son:
- Irritación dentro del pene en los hombres y en la vagina para las mujeres
- Dolor y enrojecimiento en genitales
- Dolor al orinar
- Dolor al eyacular (en el caso de los hombres)
- Ardor y comezón
- Flujo amarillento, verdoso, grisáceo, blanco o transparente con olor diferente
Cómo hacer frente a una infección vaginal
Primero hay que hacer una evaluación de los síntomas, para identificar el tipo de infección que puedes tener. Para ello, es fundamental que visites a tu médico; quien realizará toma de muestras del flujo vaginal o una citología, analizará los síntomas y definirá con certeza si se trata de una vaginosis y cuál es su tipo, en caso de que la haya.
Seguido de esto, se inicia con el tratamiento vía oral o tópica (cremas y geles) con antimicóticos o antimicrobianos, de acuerdo al tipo de infección vaginal encontrada. En caso de ser una infección del tipo tricomoniasis, también se debe tratar a tu pareja sexual, ya que seguramente también está infectada.
Productos y cuidados recomendados
Además de la ayuda profesional de tu ginecólogo, podrás hacer uso de algunos productos de venta libre y llevar a cabo algunos cuidados que te ayudarán tanto al tratamiento de infecciones vaginales ya presentes, como en la prevención de su reaparición o presencia por primera vez.
Por ejemplo, entre los cuidados que puedes tener para evitar y tratar las infecciones vaginales están:
- Uso de ropa holgada, seca y siempre limpia
- Ropa íntima de algodón.
- Evitar uso de duchas vaginales
- Usar jabones con PH neutro y retirarlo muy bien con abundante agua
- Ingerir alimentos ricos en probióticos como yogures que ayuden a equilibrar la flora vaginal
- No automedicarse con antibióticos
- Consultar al médico sobre el uso de tratamientos hormonales
- Usar condón, especialmente si no se tiene pareja estable
También puedes elegir productos como Multi Gyn Actigel de Bioclin, el cual te ayuda a prevenir problemas de infecciones vaginales, optimizando la flora vaginal y el tejido.
Asimismo, este producto es efectivo para el tratamiento de la vaginosis bacteriana y combate la candidiasis al atacar al hongo que la produce. Finalmente, y quizás lo que más preocupa a la mayoría de mujeres, Multi Gyn Actigel, alivia y reduce de inmediato síntomas como olor, ardor y comezón.
No olvides que tener olor, picazón y ardor en tu zona íntima es algo fuera de lo normal, este tipo de síntomas no deben pasar desapercibidos. Sin embargo, no tienes que avergonzarte, ya que, como ves, es algo muy común y, lo más importante, se puede curar. Afronta el problema sin pena, habla claramente con tu ginecólogo y ayúdate con productos y cuidados sencillos como los que te recomendamos.