El flujo o secreción vaginal consiste en una sustancia expulsada a través de la vagina de forma natural. Su aspecto varía de acuerdo a la fase del ciclo hormonal de la mujer, edad, método anticonceptivo, entre otros factores. Es importante monitorear la mucosidad pues sus cambios pueden indicar ciertas enfermedades. Aprendamos más.
Desde la pubertad, la vagina secreta mucosidad la cual viene del cuello uterino y baja por el canal vaginal. Ciertos cambios en el flujo a lo largo del mes son absolutamente normales, sin embargo, cuando se produce una infección vaginal sus características cambian notablemente.
Es importante que como mujeres conozcamos nuestro flujo vaginal para detectar infecciones en la zona, que pueden llevar a complicaciones graves.
Aspectos generales sobre la secreción vaginal
El ecosistema de la vagina es delicado: consiste en un equilibrio de bacterias, pH y humedad, por lo que es muy susceptible a los cambios de tu cuerpo, y se altera con facilidad.
A lo largo del ciclo menstrual, el flujo vaginal cambia de manera cíclica en apariencia, consistencia y volumen, guiado por tus hormonas. También se modifica cuando hay excitación y actividad sexual, y durante y después del embarazo.
Todos estos cambios son normales, sin embargo, cambios repentinos en olor, color o consistencia puede indicar que algo más está sucediendo, por lo que debes estar atenta y conocer tus secreciones a lo largo del ciclo.
Algunas cosas que debes saber sobre el flujo vaginal:
- En condiciones normales, las secreciones son inodoras, de color claro, consistencia viscosa y con pH ácido.
- El aspecto de la secreción vaginal es una manera de determinar la fase del ciclo menstrual en la que te encuentras.
- Una secreción anormal puede ser síntoma de un desequilibrio bacteriano, una infección, una enfermedad de transmisión sexual o algún tipo de cáncer.
- Si usas un método anticonceptivo hormonal, los patrones típicos de la secreción suelen variar, ya que el ciclo hormonal se altera.
- El flujo saludable ayuda a proteger a la mujer contra infecciones, y permite tener una lubricación permanente.
- Cuando hay una infección u otra patología, los cambios del flujo vienen acompañados con picazón, irritación y ardor en la zona.
Lo “normal”
Como mencionamos, los cambios en el flujo vaginal a lo largo del ciclo menstrual de la mujer son normales, mientras sigan ciertas pautas, pues cuando los cambios son muy repentinos y radicales, puede ser indicio de una patología.
Veamos qué cambios son adecuados en la secreción vaginal:
- Al inicio del ciclo, la secreción tiende a ser más seca, o puede que no notes ninguna secreción.
- Mientras pasan los días se vuelve más cremosa y blanca. La secreción aumenta en cantidad.
- Justo antes y alrededor de la ovulación, se parece a una clara de huevo: elástica, húmeda y transparente. Son los días en que se presenta un mayor volumen del flujo.
- Poco después de la ovulación, la secreción vuelve a ser seca, y el volumen disminuye, hasta el final del ciclo.
- La secreción normal puede no tener olor, o uno suave.
Signos de alerta
Cuando la flora vaginal pierde equilibrio, se puede producir una secreción anormal. Aumentan los microbios “malos” y disminuyen los “buenos”. Esto generalmente causa vaginosis bacteriana o una infección vaginal por hongos (candidiasis).
El desequilibrio vaginal puede alterarse debido a los siguientes factores:
- Duchas de asiento muy recurrentes y de larga duración.
- Actividad sexual con una pareja nueva.
- Ciertos anticonceptivos hormonales.
- Uso de antibióticos.
- Menarquia, menopausia o embarazo.
- Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como la tricomoniasis urogenital, clamidia y gonorrea.
Algunos cambios que debes tomar en consideración, pues puede que se trate de una infección u otra patología:
- El flujo se vuelve más aguado o más espeso de manera repentina.
- El color de la secreción se vuelve gris, verde, amarilla o café.
- Aumenta significativamente el volumen del flujo.
- El olor es fuerte y diferente, puede ser similar al olor a pescado.
- Sientes picazón, ardor o irritación en la vagina.
Los cambios mencionados suelen ser síntomas de infecciones vaginales, las cuales hay dos muy recurrentes:
- Infección vaginal por hongos: general un flujo vaginal blanco y espeso. No suele generar un olor fuerte, pero sí mucha picazón.
- La Vaginosis Bacteriana (VB) suele generar un flujo vaginal con olor desagradable, semejante al pescado. Puede ser espeso y de color gris.
En casos minoritarios, la secreción vaginal anormal es indicador de algo más grave, como el cáncer de cuello uterino. Si notas algún cambio en el flujo vaginal o si crees que puedes tener algún problema, consulta con tu médico.
Consejos para mantener la zona saludable
Para mantener tu vagina saludable y la flora equilibrada, sigue las siguientes recomendaciones:
- No realizar duchas de asiento.
- No uses jabones perfumados en tu vulva y vagina.
- Usa protección con parejas nuevas.
- Usa ropa interior de algodón o fibras naturales.
- Deja unos minutos al día tu vagina al aire.