Las estrías son un problema frecuente durante el embarazo: son líneas que aparecen en determinadas partes del cuerpo como consecuencia de la rotura de las fibras de colágeno y elastina que tenemos en la piel. ¿Una buena noticia? Se pueden prevenir.
Las estrías pueden aparecer tanto en el cuerpo de la mujer como del hombre. En el caso de las mujeres embarazadas, las estrías suelen aparecer en los pechos y abdomen debido a su aumento de tamaño a partir del segundo trimestre de gestación.
Con cremas, masajes y otras prácticas, se puede combatir su presencia, la cual puede resultar antiestética para algunas mujeres.
Qué son
Las estrías son líneas que aparecen en la piel cuando ésta experimenta cambios bruscos de volumen. Es por esto que son muy frecuentes en los embarazos, aunque no es la única situación que las genera: también se presentan cuando una persona engorda rápidamente o se modifica el volumen de la masa muscular.
Las estrías pueden presentar una tonalidad roja o rosácea, y pueden volverse más blanquecinas. Por lo general miden entre uno y tres centímetros de largo, y entre uno y cinco milímetros de ancho. No producen dolor, pero sí pueden producir picor.
Al estirarse la piel, se produce la rotura de las fibras de colágeno y elastina de la dermis provocando la aparición de fibrosis en forma de una pequeña cicatriz: la estría.
Los cambios hormonales también son una causa de la aparición de las estrías, ya que se altera la producción de colágeno. Hay una tendencia hereditaria a padecer estrías durante el embarazo.
Durante el embarazo, las estrías tienden a aparecer al final del segundo trimestre. Suelen aparecer con mayor frecuencia en el abdomen, muslos, brazos, pechos, axilas y nalgas. La mayoría de las estrías tienden a atenuarse o desaparecer por completo tras el parto.
Cómo evitarlas
Además de los cambios bruscos de peso y alteración hormonal, existen otras causas de aparición de las estrías, como la piel seca y una mala alimentación. Estos aspectos se pueden manejar para intentar prevenir su aparición, especialmente durante el embarazo.
- Hidratación de la piel: usar cremas hidratantes varias veces al día, especialmente al salir de la ducha, ayuda mucho para mantener la piel hidratada. Estas ayudan a devolver o mantener la elasticidad de la piel y a regenerar.
- Además de la piel, la persona igual debería mantenerse hidratada, por lo que beber mucha agua ayuda a favorecer la elasticidad de la dermis.
- Exfoliar la piel ayuda a renovar las células y mejorar la producción de colágeno.
- Estar en forma ayuda a tonificar la piel y mantenerla elástica. Intenta realizar ejercicio físico moderado de manera diaria.
- Los masajes circulares en las zonas más vulnerables como los pechos y el abdomen ayudan a estimular la circulación.
- Lleva una dieta equilibrada rica en vitaminas A, C y E, las cuales favorecen la producción de colágeno.
- La exposición al sol sensibiliza y reseca la piel. Utiliza siempre protector solar y cubre la mayor parte de la piel por un tiempo prolongado.
- No fumar: el tabaco favorece la sequedad de la piel.
Frota tu piel de manera suave y con movimientos circulares. Utiliza productos naturales idealmente.