Episiotomía: Todo lo que debes saber sobre esta práctica en el parto

Ene 2, 2025

Patrocinado por Motehrna

La episiotomía es un procedimiento que durante décadas fue una práctica común en el parto vaginal, utilizado con el fin de facilitar la salida del bebé y prevenir desgarros incontrolados en el perineo. Sin embargo, en los últimos años, esta intervención ha sido reevaluada, y hoy en día se recomienda solo en situaciones específicas. Estudios recientes han demostrado que, en la mayoría de los casos, los desgarros naturales suelen sanar mejor y conllevan menos complicaciones que una episiotomía.

¿Qué se entiende por episiotomía?

La episiotomía es un procedimiento quirúrgico que se realiza durante el parto vaginal y consiste en hacer una pequeña incisión en el perineo (la zona entre la vulva y el ano) para facilitar la salida del bebé. Este corte se realiza con el objetivo de ensanchar el canal de parto y evitar desgarros incontrolados en el tejido perineal.

Aunque en el pasado se practicaba de forma rutinaria, hoy en día la episiotomía se recomienda solo en casos específicos, como cuando hay un riesgo de desgarro grave o si el bebé presenta signos de sufrimiento fetal. Se prefiere evitarla siempre que sea posible, ya que se ha demostrado que en muchos casos los desgarros naturales son menores y cicatrizan mejor que la incisión quirúrgica.

Existen tres tipos de episiotomía:

1. Episiotomía medio-lateral: Se realiza en un ángulo hacia un lado del perineo, para evitar riesgos de afectar el esfínter anal.

2. Episiotomía media o central: Se realiza directamente hacia el ano, aunque se usa menos por el riesgo de afectar el esfínter anal.

3. Lateral: Se extiende de manera perpendicular a la línea media de la vagina.

El procedimiento se realiza con anestesia local y se sutura después del parto. La recuperación puede incluir molestias y es importante seguir los cuidados adecuados para evitar infecciones y promover una buena cicatrización.

¿Cuándo se recomienda la episiotomía?

Actualmente, la episiotomía se recomienda solo en situaciones en las que es estrictamente necesaria para proteger la salud de la madre o el bebé. Algunas de estas situaciones incluyen:

– Sufrimiento fetal: Si el bebé presenta signos de sufrimiento, como falta de oxígeno, el médico puede realizar una episiotomía para acelerar el parto.

– Parto instrumental: Cuando se usa instrumental, como fórceps o ventosa, puede ser necesario realizar una episiotomía para evitar desgarros profundos e incontrolados.

– Perineo rígido: Si el tejido perineal no se dilata de forma suficiente o se muestra rígido, una episiotomía puede reducir el riesgo de desgarros graves.

En otros casos, se intenta evitar la episiotomía, permitiendo que el perineo se estire naturalmente, lo cual suele reducir el riesgo de complicaciones y mejorar la recuperación de la madre.

¿Qué pasa después de una episiotomía?

Después de una episiotomía, la recuperación implica algunos cuidados especiales para ayudar a la cicatrización y reducir el dolor. Aquí te detallo los aspectos principales del proceso:

1. Cicatrización y recuperación del área perineal:

Sutura: La episiotomía se cierra con puntos de sutura, que suelen ser reabsorbibles, por lo que no necesitan ser retirados.

Tiempo de cicatrización: La herida suele cicatrizar en unas dos a tres semanas, aunque el dolor puede persistir durante varias semanas más, dependiendo del tipo de corte y de cada persona.

Inflamación y dolor: Es normal sentir inflamación y dolor en la zona perineal los primeros días. Este dolor tiende a disminuir gradualmente, pero algunas mujeres pueden experimentar molestias durante más tiempo.

2. Cuidados para evitar infecciones y mejorar la cicatrización:

Higiene: Mantener la zona limpia y seca es esencial. Lavar el área suavemente después de ir al baño, utilizando agua tibia y secando con toques suaves en lugar de frotar.

Baños de asiento: Realizar baños de asiento con agua tibia puede ayudar a aliviar la incomodidad y mantener la zona limpia.

Ropa cómoda: Usar ropa interior de algodón y evitar ropa ajustada ayuda a la ventilación y a prevenir la humedad.

3. Alivio del dolor:

Compresas frías: Aplicar compresas frías en el área puede reducir la inflamación y aliviar el dolor en los primeros días.

Medicamentos: En algunos casos, el médico puede recomendar analgésicos suaves o antiinflamatorios. Es importante seguir las indicaciones médicas, especialmente si se está amamantando.

4. Movimientos y posturas:

Evitar estar sentada mucho tiempo o hacer movimientos bruscos: Es útil sentarse sobre un cojín en forma de donut para reducir la presión en el área.

Ejercicios del suelo pélvico: Después de que el médico lo apruebe, estos ejercicios pueden ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la circulación, lo cual favorece la recuperación.

5. Evacuación intestinal:

Es posible que la primera evacuación después del parto sea incómoda. Consumir alimentos ricos en fibra y beber suficiente agua puede ayudar a evitar el estreñimiento, que puede incrementar el dolor en el área de la episiotomía.

6. Retomar la actividad sexual:

Generalmente se recomienda esperar de seis a ocho semanas o hasta que el área esté completamente curada. Es importante consultar con el médico antes de reanudar la actividad sexual para evitar incomodidades o daños en la cicatriz.

En la mayoría de los casos, con los cuidados adecuados, el área de la episiotomía cicatriza bien. Si se presentan signos de infección como enrojecimiento, inflamación excesiva, dolor intenso o fiebre, es fundamental consultar al médico para recibir tratamiento.

¿Qué riesgos tiene la episiotomía?

La episiotomía, aunque útil en ciertas situaciones del parto, puede presentar algunos riesgos y complicaciones. Estos riesgos han llevado a que hoy en día se practique solo cuando es estrictamente necesario. A continuación, te detallo los principales riesgos asociados:

1. Infección: La incisión puede infectarse, especialmente si no se siguen los cuidados de higiene adecuados en el área perineal. La infección puede causar enrojecimiento, dolor, fiebre y secreción en la herida.

2. Hemorragia: En algunos casos, la episiotomía puede provocar sangrado más abundante de lo esperado. Aunque esto suele controlarse con suturas y cuidados médicos, existe un riesgo leve de hemorragia.

3. Dolor persistente: Es común experimentar dolor en la zona perineal durante las primeras semanas, pero algunas mujeres pueden desarrollar dolor crónico en el área debido a la cicatriz o a una recuperación complicada.

4. Desgarros adicionales: En algunos casos, la episiotomía puede extenderse involuntariamente hacia el recto, causando desgarros de tercer o cuarto grado, que afectan los músculos del esfínter anal y pueden provocar complicaciones en la recuperación y en la función intestinal.

5. Disfunción del suelo pélvico: Al afectar los músculos del perineo, una episiotomía puede influir en la estabilidad del suelo pélvico, contribuyendo a problemas como la incontinencia urinaria o el prolapso de órganos pélvicos a largo plazo en algunas mujeres.

6. Relaciones sexuales dolorosas (dispareunia): Algunas mujeres experimentan dolor durante las relaciones sexuales después de una episiotomía. Esto puede deberse a la cicatriz, a la tensión en los músculos del perineo o a una sensibilidad persistente en el área.

7. Cicatrización lenta o dehiscencia: La herida de la episiotomía puede tardar en cicatrizar, o en raros casos, la incisión puede abrirse (dehiscencia), requiriendo intervención médica adicional.

8. Problemas emocionales y psicológicos: Algunas mujeres pueden experimentar incomodidad emocional o ansiedad asociada con el dolor perineal prolongado o con las cicatrices de la episiotomía, lo que puede afectar su bienestar emocional después del parto.

Manejo de riesgos

Para minimizar estos riesgos, los médicos suelen realizar la episiotomía solo cuando es necesario, como en casos de sufrimiento fetal, parto con fórceps o ventosa, o cuando el perineo es muy rígido. También se pueden aplicar técnicas y ejercicios perineales durante el embarazo para flexibilizar el área y, en el parto, fomentar posturas que ayuden a evitar desgarros o la necesidad de una episiotomía.

Si tienes dudas o inquietudes sobre este procedimiento, es importante conversarlo con tu médico antes del parto para conocer en qué casos lo recomendaría y cómo prevenir complicaciones.

¿Por qué hoy en día se evita hacer una episiotomía?

Hoy en día se evita realizar una episiotomía de forma rutinaria debido a que la evidencia ha demostrado que, en muchos casos, no ofrece beneficios significativos y, por el contrario, puede aumentar el riesgo de complicaciones para la madre. Aquí te explico las principales razones por las que se prefiere evitar este procedimiento:

1. Desgarros naturales más seguros que la episiotomía: Los estudios han mostrado que los desgarros naturales tienden a ser menores y cicatrizan mejor que una episiotomía, la cual puede provocar una herida más grande y difícil de sanar. Además, los desgarros espontáneos suelen afectar menos capas de tejido, mientras que una episiotomía corta más profundamente el músculo.

2. Recuperación menos dolorosa y más rápida: Las mujeres que no se someten a una episiotomía tienden a experimentar menos dolor perineal en el posparto y tienen una recuperación más rápida. Esto es porque los desgarros menores, si ocurren, sanan mejor sin necesidad de una intervención quirúrgica.

3. Menos riesgo de complicaciones a largo plazo: La episiotomía aumenta el riesgo de desgarros graves, que pueden afectar los músculos del esfínter anal. Esto, a su vez, puede llevar a problemas como incontinencia anal y disfunción del suelo pélvico, afectando la calidad de vida de la mujer a largo plazo.

4. Reducción del riesgo de dispareunia (dolor en relaciones sexuales): La episiotomía puede causar una cicatriz que afecte la elasticidad del tejido perineal, lo que aumenta el riesgo de dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales. Evitar la episiotomía ayuda a reducir la probabilidad de este tipo de dolor, que puede impactar emocionalmente a la madre después del parto.

5. Prácticas de parto más respetuosas y personalizadas: Hoy en día se promueve una atención obstétrica más respetuosa y centrada en las necesidades de cada mujer. En lugar de realizar procedimientos de rutina, los médicos y parteras prefieren apoyar un parto fisiológico, en el que la episiotomía se reserve solo para situaciones específicas y necesarias.

6. Mejor comprensión de los beneficios de los desgarros naturales: La evidencia ha demostrado que los desgarros espontáneos tienden a ocurrir en los tejidos que ya están listos para estirarse, lo cual reduce el daño profundo. Esto también permite que el cuerpo de la mujer responda de forma natural al proceso del parto, lo que mejora los resultados de recuperación.

7. Uso de técnicas alternativas para proteger el perineo: Hoy se utilizan técnicas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desgarros importantes sin recurrir a la episiotomía, como los masajes perineales en las semanas previas al parto, la aplicación de compresas tibias durante el expulsivo y el control del empuje para que el perineo se estire lentamente.

En resumen, se evita la episiotomía porque los beneficios de dejar que el perineo se rasgue de manera natural (si ocurre) superan los riesgos y complicaciones que una incisión quirúrgica puede conllevar. La práctica actual recomienda que la episiotomía solo se realice en casos específicos, como cuando hay un riesgo claro de desgarro severo o sufrimiento fetal que justifique su uso.

Antes del momento del parto…

Informarse y confiar en el equipo médico al momento del parto es fundamental para vivir la experiencia de manera más tranquila y segura. Aquí te doy algunos consejos para lograr ese equilibrio entre estar bien informada y confiar en quienes te acompañarán en el nacimiento de tu bebé:

1. Infórmate con fuentes confiables: Busca información en fuentes respaldadas, como organizaciones de salud reconocidas (OMS, UNICEF, ministerios de salud) o profesionales en obstetricia y ginecología. Leer libros actualizados sobre parto, consultar guías oficiales de hospitales o clínicas, y asistir a clases de preparación para el parto también es útil. Mantén una visión balanceada, evita saturarte con información alarmante o extrema. Recuerda que cada parto es único y que lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra.

2. Comunicación abierta con el equipo médico: Antes del parto, habla con tu médico o partera sobre tus inquietudes, deseos y expectativas. Cuestiones como la episiotomía, el manejo del dolor, y las opciones de monitoreo fetal son temas importantes que puedes discutir con anticipación. Pide una explicación clara de los procedimientos que puedan realizarse y comparte tus dudas sin temor. Un equipo médico dispuesto a escuchar y explicar crea una base sólida de confianza.

3. Elabora un plan de parto flexible: Hacer un plan de parto puede ayudarte a expresar tus preferencias, pero mantenlo flexible, ya que a veces el parto requiere adaptaciones. Comparte tu plan con el equipo médico para que comprendan tus deseos y sepan cómo apoyarte, dentro de lo que sea seguro y adecuado en cada momento.

4. Confía en la experiencia del equipo médico: Recuerda que el equipo médico está ahí para cuidar de ti y de tu bebé y cuenta con experiencia para tomar decisiones informadas en momentos críticos. Una vez que hayas discutido tus inquietudes y elaborado un plan, confía en que te guiarán para lograr el mejor resultado posible.

5. Practica técnicas de relajación y afrontamiento: Aprender y practicar técnicas de relajación, como la respiración consciente y la visualización, te ayudará a sentirte más calmada y centrada durante el parto. Estas herramientas te permitirán mantener la calma en momentos de incertidumbre y confiar en tu capacidad para afrontar la situación.

6. Considera la presencia de una doula o acompañante de parto: Una doula o acompañante puede ayudarte a navegar la experiencia del parto, brindando apoyo emocional y ayudándote a comunicarte con el equipo médico. Este acompañamiento puede darte seguridad adicional, ya que una doula bien informada te ayudará a comprender lo que ocurre sin reemplazar el papel del equipo médico.

7. Confía en tu cuerpo y en el proceso natural del parto: Tu cuerpo está preparado para dar a luz, y mantener esta confianza puede ayudarte a enfrentar el parto con mayor serenidad. Recuerda que la mayoría de los partos son procesos naturales en los que la intervención médica se usa solo cuando es necesario para garantizar la seguridad.

8. Mantén la mente abierta para adaptarte a lo inesperado: A veces, las situaciones cambian durante el parto y es posible que el equipo necesite intervenir para proteger tu salud o la de tu bebé. Estar abierta a las recomendaciones del equipo médico y confiar en su criterio para manejar cambios inesperados puede ayudarte a sentir menos ansiedad si surgen complicaciones.

Informarse es una excelente manera de empoderarse, pero confiar en el equipo médico y en el proceso es igualmente importante para tener una experiencia de parto positiva.

Etiquetas

Shares
Share This