La lactancia materna es ampliamente recomendada como la mejor opción para la nutrición y el desarrollo de nuestro bebé. Esta proporciona una variedad de nutrientes esenciales y ofrece variados beneficios inmunológicos. Sin embargo, en algunos casos, puede surgir la preocupación o la duda de si nuestro bebé puede desarrollar alergia a nuestra leche.
¿Es posible que un bebé tenga alergia a la leche materna?
La respuesta corta es no, pero sí está la posibilidad de que nuestro bebé tenga alergia a alguno de los componentes, es decir, que algo que estemos consumiendo nosotras le esté provocando alergia a nuestro bebé.
Si sospechamos que nuestro hijo o hija está teniendo alguna reacción adversa con nuestra leche, es esencial buscar orientación médica adecuada, para evaluar los síntomas correctamente y confirmar qué componente está provocando alergia.
Algunos de los síntomas más comunes incluyen:
- Problemas gastrointestinales: puede experimentar síntomas como cólicos, diarrea, vómitos frecuentes, estreñimiento o heces con sangre.
- Irritabilidad y llanto excesivo: puede comenzar a estar irritable, inquieto y llorar más de lo habitual. Puede tener también dificultades para dormir.
- Problemas respiratorios: puede presentar congestión nasal, tos, sibilancias o dificultad para respirar.
- Erupciones cutáneas: la alergia a la leche materna puede manifestarse en forma de erupciones cutáneas como eczema, urticaria (ronchas rojas y con comezón en la piel), o enrojecimiento alrededor de la boca o en otras áreas del cuerpo.
- Problemas de peso y crecimiento: en casos más severos, los bebés alérgicos pueden tener dificultades para ganar peso adecuadamente o pueden mostrar un crecimiento deficiente.
En casos de confirmarse alguna alergia, el tratamiento más común es la eliminación de dicho alimento de nuestra dieta. Sin embargo, es importante destacar que podemos continuar amamantando ya sea directamente del pecho o con saca leches, pero con algunas variaciones a nuestra alimentación, para cesar los malestares de nuestro bebé.