La Psicóloga Javiera Fernández S. (en Instagram @sicologia_con_p), brand manager de Belab (@belab.cl), nos entrega una razón científica del por qué muchos nos sentimos tan agotados y sin ánimo durante esta pandemia… todo podría tener que ver con una hormona. ¿Quieres saber más?
¿Últimamente te has sentido más cansado de lo normal? ¿Tienes sueño en el día y en la noche no puedes dormir? ¿Has subido de peso y comes sin tener realmente hambre? ¿Olvidas las cosas y además te cuesta mantener la atención? ¿Te duele la espalda, sientes tensión y a veces amaneces con la mandíbula apretada? ¿Estás más irritable que antes?
Ante la situación mundial que estamos enfrentando, todo lo anterior es totalmente común y aceptable… Pero, ¿hasta qué punto somos capaces de aguantar todos estos cambios tanto físicos, psicológicos y conductuales?
La mayoría de las alteraciones que has ido experimentando, se deben a una hormona llamada “cortisol”. ¿La has escuchado? Es muy necesaria para nuestro organismo pero en altas cantidades puede llegar a ser dañina para nuestra salud.
Esta hormona es la encargada de regular el sistema osmótico del cuerpo, agua y minerales, y nos ayuda a reaccionar frente a un posible “ataque”, al mantenernos en alerta.
Durante el 2020 y lo que llevamos del 2021, es probable que has vivido sin poder anticipar tus planes. Viviendo el día a día, en constante aislamiento y adaptación. Por lo que es entendible si te sientes estresado y preocupado a diario. Lo que no está bien, es que lo dejes pasar.
Los altos niveles de cortisol en el cuerpo, por un periodo prolongado, son peligrosos para nuestra salud. Las preocupaciones, ya sean imaginarias o reales, pueden aumentar hasta un 50% el cortisol.
Y, si el estrés se convierte en crónico, los mecanismos de adaptación y reacción se saturan, por lo que podría producir un bloqueo neurológico, derivando en otras enfermedades.
¿Qué quiere decir lo anterior? Si estamos en constante preocupación y estrés, se envían señales periódicas y, en este caso, erróneas al cuerpo, con el objetivo de que esté en alerta para cierto “ataque”.
¿Qué sucede si esa alerta es preventiva y se prolonga por casi dos años? Podría estar siendo entonces contraproducente el aislarnos constantemente, ya que nuestro cuerpo y salud mental responden. Nuestras defensas disminuyen y se está más expuestos ante próximos “ataques”.
Marian Rojas Estapé, escritora del famoso libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, dice: “La vida actual es más inflamatoria que antes y muchas enfermedades se activan y comienzan tras períodos de estrés crónicos”.
Por lo que, al estar en períodos duraderos en “ataque”, con miedo y/o preocupación, se genera mayor cortisol, inhibiendo la producción de Serotonina y Dopamina, hormonas encargadas del bienestar y felicidad en el cuerpo y mente.
Es probable que estés viviendo en el pasado, con melancolía. O viviendo en el futuro, con ansiedad.
¡Nos hemos olvidado de vivir el presente! ¿Será que el presente no nos favorece? ¡Busquemos cómo sacar provecho a esta nueva normalidad!
La liberación del cortisol posee un patrón que sigue habitualmente el ritmo de la luz; se libera en su mayoría al despertarse, lo que resulta beneficioso para activarnos por las mañanas. Desciende a lo largo del día, y aumenta ligeramente al anochecer.
No todo es negativo, es nuestra labor buscar lo positivo y aumentar nuestra felicidad. ¡Usemos esta dosis de cortisol de la que estamos siendo beneficiados!