Hay momentos en la vida de tu bebé que se comportará más irritable de lo normal, estará durmiendo mal o sentirás que está con hambre de manera constante. Quizás estés frente a un brote de crecimiento. ¿Qué son y cómo identificar sus señales?
La lactancia es todo un tema en la maternidad, y no viene sin dificultades o momentos de crisis. Muchas veces podrías pensar que tu bebé no está tomando la cantidad suficiente de leche, o que no estás produciendo lo que requiere. Esto puede llevar a un destete adelantado.
Los llamados brotes de crecimiento son etapas relacionadas a la lactancia materna, las cuales consisten en un aumento de demanda de leche por parte del bebé, debido a mayores exigencias de crecimiento.
Es importante estar atentos a estos brotes para manejar bien su comportamiento y no abandonar la lactancia por desconocimiento. ¿Quieres saber más?
Qué son
Los brotes o crisis de crecimiento son periodos en los que los bebés necesitan mayor cantidad de leche materna que antes pues experimenta un “estirón” en su desarrollo, por lo que empiezan a amamantar más seguido para que la madre naturalmente aumente su producción de leche (demanda-oferta).
En general, las crisis duran unos días, la producción se regula, y todo vuelve a la normalidad. Los brotes de crecimiento son parte del desarrollo normal de los niños, quienes crecen exponencialmente durante su primer año de vida.
Algunas de las señales que indican que el bebé está pasando por un brote de crecimiento son las siguientes:
- Pareciera estar hambriento todo el día: la única manera que el bebé tiene de modificar su alimentación y satisfacer sus requerimientos de crecimiento es reclamando más alimentos. Con un estímulo constante, la producción de leche de la madre se regulará para los nuevos requerimientos del bebé.
- Se muestra más somnoliento de lo habitual: sus patrones de sueño cambian debido a los gastos de energía del crecimiento. Durante el sueño, la hormona del crecimiento hace su trabajo.
- Mayor irritación y llanto: puede estar más irritable ya que quizás no se acostumbra a tener más hambre o a otras sensaciones que involucra esta etapa de crecimiento acelerado.
¿Cuándo?
Los síntomas mencionados anteriormente pueden confundirse con otros problemas, como por ejemplo dentición, resfrío, etc. La clave para identificar un brote es revisando tabla de crecimiento y edad del bebé, pues hay algunos momentos comunes en que surgen estos brotes.
- 3 semanas de vida: suele ser la primera crisis, el bebé aumenta de peso y requiere mayor cantidad de alimento. Comienza a pedir mucha mayor frecuencia en las tomas, incluso cada media hora.
- 6 semanas: la leche materna cambia su composición y sabor. A algunos no les gusta el cambio y protestan. No te preocupes, se acostumbran.
- Tercer mes: los pechos de la madre comienzan a producir a demanda, y el bebé debe habituarse a estos ritmos y estimular el pecho para obtener una mayor producción. Es una etapa de grandes cambios del bebé pues cada vez está más atento.
Cómo manejar la crisis
Primero que nada es saber identificar un brote de crecimiento a través de los síntomas mencionados y de las edades habituales en las que suelen suceder. Saber esto ayuda a que habrán momentos de la lactancia en las que los bebés necesitarán aumentar la cantidad de leche por lo que querrán amamantar más seguido. Es normal.
Un consejo fundamental es mantener la lactancia materna a libre demanda: siempre que el bebé pida, se les debe ofrecer. Los bebés se alimentan cuando tienen hambre, ellos deberían guiar los horarios y cantidades dentro de los primeros meses de vida.
Las crisis de lactancia por un brote de crecimiento suele durar menos de 5 días, por lo que hay que tener paciencia. Realiza las tomas en un lugar tranquilo y oscuro para calmar las ansias al bebé.
Si tienes dudas sobre tu producción de leche, consulta a un experto en lactancia materna para no destetar antes de tiempo.