Resultaba indispensable hablar de este tema luego de nuestro artículo publicado acerca de la donación de óvulos y espermios, y de la adopción de gametos. ¿Por qué? Porque el duelo genético que se vive luego de ese proceso, puede verse aminorado si aprendemos sobre la epigenética.
Para empezar, entendamos qué es la epigenética. Es nada más ni nada menos que la ciencia que estudia cómo se expresan los genes en una persona, sin haber alteraciones en el ADN de por medio.
Les pondremos un ejemplo muy gráfico: si en mi ADN hay un gen que determina que mi pelo es castaño, pero en realidad lo tengo rubio, la epigenética explica el por qué. Una razón para explicarlo podría ser el lugar físico donde vivo, el caribe por ejemplo, y que gracias a la exposición constante al sol y al mar, mi pelo tienda a ser más claro de lo que está escrito en mis genes.
Pero vayamos a ejemplos menos evidentes…
Hablábamos en nuestro artículo “Donación de gametos y duelo genético”, de que con esa técnica de fertilidad se vive un proceso difícil al asumir que tu futuro hijo/a no tendrá tus genes o los de tu pareja, porque los óvulos y/o espermios vienen de otras personas.
Sin embargo, la epigenética nos dice que eso no necesariamente es así. El cómo se expresa un gen puede estar determinado por el lugar donde vivimos, las personas con las que nos relacionamos, o en este caso, por fluidos maternos en el vientre.
Por lo tanto, si bien puede ser que el óvulo y/o espermios no sean de los padres, estos genes se verán influenciados durante 9 meses por sonidos provenientes de sus padres, por un entorno que lo rodea, y por nutrientes que recibirá a través del cordón umbilical. Y luego, durante todos los años de su vida, sus genes se expresarán de acuerdo a las características físicas y psicológicas del lugar donde viva y de las personas que lo/a rodeen.
Gracias a la epigenética se puede afirmar que un mismo embrión, puede tener expresiones de su ADN muy distintas, dependiendo del útero en donde crecerá.
Entonces, si bien los genes de este eventual bebé no serán heredados de sus padres, las expresiones de los mismos sí pueden provenir de ellos.
De ahí el llamado a todos los tipos de familia a preocuparse por el ambiente en que crecerá su hijo/a, la educación que le quieren dar, y las personas de las que se va a rodear. Porque a fin de cuentas, de eso dependen las características físicas y psicológicas de los niños y niñas, y es algo que se construye día a día.
