La lactancia materna es un proceso natural y beneficioso tanto para nuestro bebé como para nosotras. Sin embargo, en la mayoría de los casos debemos lidiar con lo que se conoce como «crisis de lactancia». Para saber llevar estas situaciones adecuadamente, debemos saber cómo se presentan y qué podemos hacer frente a estas.
¿Cuántas crisis hay y por qué?
Existen tres crisis de lactancia. La primera sucede alrededor de los 15 días, la segunda alrededor del mes y medio, y la última alrededor de los 3 meses.
Todas ocurren por lo mismo: el bebé atraviesa un pick de crecimiento y por lo tanto demanda más leche, algo a lo que ni él ni tú estaban acostumbrados hasta ese momento. Es importante recalcar que es completamente normal y natural, no es que tenga un problema con tu leche o la lactancia, simplemente cambian sus requerimientos alimenticios.
Hay algunas señales que nos indican que estamos atravesando una crisis de lactancia:
- Está más inquieto.
- Necesidad de mamar continuamente.
- Llanto.
- Dificultad para dormir.
- Agarrar o estirar el pecho.
- Arquearse y parecer incómodo.
- Se desconcentra con cualquier ruido.
¿Qué hacemos frente a las crisis de lactancia?
1. Prueba acomodarlo con un cojín de lactancia para que ambos se sientan más cómodos.
2. Hay que dejar que tome todo lo que quiera, sin forzarlo ni impedirle tomar más.
3. Ponerle más atención a la lactancia en estos periodos para poder responder a sus demandas alimenticias.
4. No desesperarse y perder la paciencia. Esto es algo natural de la lactancia y hay que tratar de manejarlo con toda la tranquilidad que sea posible.
5. Si te sientes abrumada busca ayuda profesional que te ayude a sobrellevar la situación.
Cada crisis es un desafío para nosotras porque nos puede llevar a inseguridades y frustraciones, pero lo más importante es ser pacientes con nuestro bebé y nuestro cuerpo y dejar que se adapte a estas nuevas realidades. Sin embargo, siempre se puede buscar ayuda profesional para poder navegar de mejor manera estas crisis.