10 “nuncas” en lactancia que toda mamá debería saber

Ago 19, 2025

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Paulina Campos, Bendita Lactancia

La lactancia no viene con manual. Nos dicen que es muy fácil y sí para algunas puede serlo pero para otras no. La lactancia no es fácil y está llena de desafíos. Es un acto íntimo entre tu bebé y tú, llena de instinto, amor, paciencia y, a veces muchas dudas.

Por eso hoy quiero contarte los “NUNCAS” de la lactancia, no para llenarte de reglas, sino para liberarte de mitos y culpas. Porque estar informada empodera y nos ayuda a sentirnos más segura en esta etapa.

1. Nunca obligues a tu bebé a soltar el pecho: Si necesitas retirarlo, hazlo con suavidad, rompiendo el vacío con tu dedo meñique. El pecho es su refugio y no siempre lo usan para comer.

2. Nunca normalices el dolor: La lactancia NO tiene por qué doler. Si duele, algo necesita ajustarse. Busca ayuda, no tienes por qué aguantar.

3. Nunca te compares con otras mamás: Cada lactancia es única. No eres más ni menos madre por dar pecho 3 meses o 3 años.

4. Nunca ignores las señales de hambre: Tu bebé habla con su cuerpo: mueve su cabecita, se chupa las manos, te busca. No esperes a que llore, su llanto es su última carta de amor para pedirte brazos.

5. Nunca pienses que “no tienes suficiente leche”: Tu cuerpo sabe lo que hace. La producción se ajusta a tu bebé, no a los comentarios ajenos.

6. Nunca uses el sacaleches como termómetro de tu producción: Lo que ves en la mamadera no es la medida de tu capacidad.

7. Nunca pongas horarios rígidos entre tomas: Tu bebé no come por reloj, sino por necesidad.

8. No estás obligada a escuchar consejos que no te resuenan: Si alguien te dice que tu leche “no alimenta” o que “se queda con hambre”, recuerda que la leche materna es perfecta, y tú estás haciendo un trabajo poderoso.

9. Nunca creas que tu leche pierde valor con el tiempo: Un año, dos, tres… tu leche siempre será perfecta, única y viva.

10. Nunca olvides que el piel con piel es medicina: Abrázalo, abrázate. El contacto es más que alimento: es calma, es hogar.

Y por último … Nunca te olvides de ti.

Tu bienestar importa. Una mamá que se cuida también cuida mejor.

La lactancia no se trata de hacerlo “perfecto”. Se trata de ti, de tu bebé y de ese vínculo que nadie más puede entender. Si algo no está siendo fácil, no es tu culpa. No estás sola, y pedir ayuda es el acto de amor más grande que puedes darte

 

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