La mastitis es una inflamación dolorosa del tejido mamario que según la OMS afecta al 33% de las mujeres lactantes. Esta condición puede causar malestar físico y emocional, pero con la información adecuada y las medidas preventivas, podemos manejarlo de manera efectiva.
¿Qué es la mastitis?
La mastitis es una afección común que nos puede afectar durante el periodo de lactancia, caracterizada por la inflamación de los tejidos mamarios. Puede ser causada por una obstrucción en los conductos de la leche o por una infección bacteriana en la mama. Puede presentarse de manera repentina y provocar síntomas como dolor, enrojecimiento, hinchazón y fiebre.
Causas de la mastitis:
- Obstrucción de conductos de leche: la acumulación de leche en los conductos mamarios puede causar una obstrucción, lo que aumenta el riesgo de desarrollar mastitis.
- Bacterias: las bacterias que ingresan al tejido mamario a través de grietas en los pezones o pequeñas lesiones pueden provocar una infección, desencadenando la mastitis.
- Factores de estilo de vida: la fatiga, el estrés, una mala técnica de lactancia, el uso de ropa ajustada y la falta de higiene adecuada pueden aumentar el riesgo de mastitis.
Consejos para prevenir la mastitis:
- Posición y técnicas de lactancia correctas: asegúrate de que tu bebé esté bien posicionado y se acople adecuadamente durante la lactancia. Esto puede ayudar a prevenir la acumulación de leche y reducir el riesgo de obstrucción en los conductos mamarios.
- Amamantamiento frecuente y vaciamiento completo: amamanta a tu bebé con frecuencia para evitar la acumulación de leche en los conductos mamarios. Asegúrate de que tu pecho se vacíe por completo en cada sesión de lactancia.
- Cuidado de los pezones: mantén tus pezones limpios y secos. Lávate con jabón neutro todos los días.
- Descanso y alimentación saludable: prioriza el descanso adecuado y una alimentación equilibrada para fortalecer tu sistema inmunológico y reducir el riesgo de infecciones.
- Revisa la presión en tus pechugas: evita ocupar sostenes muy apretados y prefiere los que son especiales para la lactancia. También evita dormir boca abajo por la presión.
- Buscar ayuda profesional a tiempo: si experimentas síntomas de mastitis, como dolor persistente, enrojecimiento o fiebre, busca ayuda médica de inmediato. El tratamiento temprano puede prevenir complicaciones y acelerar la recuperación.